I
No importa cuán lejos has caminado en tu vida
ni cuán anciano seas,
no importa cuán largo sea el resto de tu viaje,
debes aceptar la autoridad de Dios,
tómate en serio saber que Él es tu único Señor.
No importa cuán grandes sean tus capacidades,
el destino de otros no se puede influenciar,
mucho menos orquestarlo, cambiarlo o controlarlo.
Sólo el único Dios todo lo dicta,
pues sólo Él tiene la autoridad para regir el destino del hombre,
y por eso sólo el Creador es el Señor del hombre.
II
Todos deben saber con claridad
que Dios controla el destino humano.
Es la clave para conocer la vida humana y la verdad,
conocer a Dios cada día.
No puedes tomar atajos para alcanzar este objetivo.
No importa cuán grandes sean tus capacidades,
el destino de otros no se puede influenciar,
mucho menos orquestarlo, cambiarlo o controlarlo.
Sólo el único Dios todo lo dicta,
pues sólo Él tiene la autoridad para regir el destino del hombre,
y por eso sólo el Creador es el Señor del hombre.
III
De la soberanía de Dios, no puedes escapar.
Del hombre, Dios el único Señor del destino del hombre.
Por eso el hombre no puede dictar su destino;
es imposible para él sobrepasarlo.
No importa cuán grandes sean tus capacidades,
el destino de otros no se puede influenciar,
mucho menos orquestarlo, cambiarlo o controlarlo.
Sólo el único Dios todo lo dicta,
pues sólo Él tiene la autoridad para regir el destino del hombre,
y por eso sólo el Creador es el Señor del hombre.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”