Aunque aquello de lo que las personas escuchan hablar o sobre lo que ganan entendimiento es el carácter de Dios, lo que Él tiene y es, lo que obtienen es vida que procede de Dios. Una vez que esta se haya forjado en ti, tu temor de Dios se hará cada vez mayor, y cosechar esta cosecha sucede de manera muy natural. Si no quieres comprender el carácter o la esencia de Dios ni saber de ellos; si ni siquiera deseas reflexionar ni concentrarte en estas cosas, puedo decirte con seguridad que la forma en que estás buscando hoy tu fe en Dios no puede permitirte jamás satisfacer Su voluntad ni conseguir Su elogio. Además, no podrás alcanzar verdaderamente la salvación; estas son las consecuencias finales. Cuando las personas no comprenden a Dios y no conocen Su carácter, su corazón no podrá abrirse jamás de veras a Él. Una vez que ellas hayan entendido a Dios, empezarán a comprender y a saborear, con interés y fe, lo que hay en Su corazón. Y cuando esto sucede, tu corazón se abrirá a Él progresivamente, poco a poco. Al hacerlo, sentirás lo vergonzosos y despreciables que eran tus intercambios con Dios, lo que le exiges y tus propios deseos extravagantes. Cuando tu corazón se abra de verdad a Dios, verás que el suyo es un mundo tan infinito, y entrarás en una esfera que nunca antes has experimentado. Allí no hay engaño, astucia, oscuridad ni maldad. Sólo hay sinceridad y fidelidad; sólo luz y rectitud; sólo justicia y amabilidad. Está llena de amor y cuidado, de compasión y tolerancia, y a través de ella sientes la felicidad y el gozo de estar vivo. Estas cosas son las que Él te revela cuando abres tu corazón a Él. Ese mundo infinito está lleno de la sabiduría de Dios y de Su omnipotencia; de Su amor y de Su autoridad. Aquí puedes ver cada aspecto de lo que Dios tiene y es, de lo que le produce gozo, de por qué se preocupa y se entristece, de por qué se enoja… Esto es lo que puede ver cada persona que abre su corazón y le permite entrar. Él sólo puede entrar en tu corazón si tú se lo abres. Sólo puedes ver lo que Dios tiene y es, y cuál es Su voluntad para ti si ha entrado. En ese momento descubrirás que todo lo que tiene que ver con Dios es tan precioso, que lo que Él tiene y es, es tan digno de valorar. Comparados con ello, las personas que te rodean, los objetos y los acontecimientos de tu vida y hasta tus seres queridos, tu pareja y las cosas que amas, apenas merecen ser mencionados. Son tan pequeños y tan pobres; sentirás que no hay objeto material que pueda ser capaz de volver a atraerte y no pueden hacer que pagues precio alguno por ellos otra vez. En la humildad de Dios verás Su grandeza y Su supremacía; además, en algo que Él haya hecho y que te pareció bastante pequeño, verás Su infinita sabiduría y Su tolerancia, y contemplarás la paciencia, la indulgencia y la comprensión que tiene contigo. Esto producirá en ti amor hacia Él. En ese día, sentirás que la humanidad está viviendo en un mundo tan sucio que las personas que están a tu lado y las cosas que suceden en tu vida, y hasta en aquellos a quienes amas, el amor de ellos por ti y su pretendida protección o su preocupación por ti ni siquiera son dignas de mencionar; sólo Dios es tu amado y sólo a Él es a quien más valoras. Cuando llegue el día, creo que habrá algunos que digan: ¡El amor de Dios es tan grande y Su esencia tan santa! En Dios no hay astucia ni maldad, ni envidia, ni lucha, sino sólo justicia y autenticidad, y los seres humanos deberían anhelar todo lo que Dios tiene y es. Tendrían que luchar por ello y aspirar a ello. ¿Sobre qué base se fundamenta la capacidad de la humanidad para lograr esto? Se apoya sobre la comprensión que los seres humanos tienen del carácter de Dios y de Su esencia. Por tanto, entender el carácter de Dios y lo que Él tiene y es supone una lección de vida para cada persona y un objetivo de vida a ser logrado por cada persona que se esfuerza por cambiar su carácter y por conocer a Dios.
La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III
Cuando abres tu corazón a Dios
I
Cuando no entiendes a Dios, ni conoces Su carácter, no podrá abrirse tu corazón de verdad a Dios. Cuando entiendas a tu Dios, entenderás qué hay en Su corazón, y probarás lo que hay en Él con toda atención y fe. Cuando pruebes el corazón de Dios, poco a poco, día a día, cuando pruebes lo que hay en Su corazón, abrirás tu corazón a Él.
II
Si tu corazón le abres, si tu corazón le abres, verás el desprecio y vergüenza de tu extravagante y egoísta petición. Si tu corazón le abres, si tu corazón le abres, verás un mundo infinito en Su corazón, y en un reino asombroso estarás. En este reino no hay trampa, engaño, oscuridad ni maldad. Sólo hay sinceridad y lealtad; sólo justicia y bondad.
III
Él es amor, Él es cuidado, compasión infinita. En tu vida gozo habrá, cuando a Dios abras tu corazón. El reino está lleno de Su autoridad, poder, sabiduría y amor. Podrás ver lo que Dios tiene y es, lo que le da gozo y aflicción, qué le entristece y enoja, todos lo podrán ver, cuando a Dios abras tu corazón y le invites a entrar.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”