I
Ya bendiga o cree leyes o normas para la vida,
Dios dirige y guía al hombre
a vivir una vida normal.
Ya siga el hombre las normas o las leyes de Dios,
Dios quiere que este no adore a Satán ni sea dañado.
Esto ocurrió en el principio.
Sus planes son para el hombre, no para Él.
Lo que hace es para impedir que este se desvíe.
Dios creó al hombre y guía su vida.
Con Sus palabras, vida y verdad,
Él provee y apoya, y cuida al hombre.
Dios creó al hombre y guía su vida.
II
Si no ves la verdad, Dios enciende una luz en ti,
que muestra lo que no casa con la verdad,
y te dice lo que hacer.
Cuando Dios te apoya, sientes Su calidez
y Su amparo, Su amabilidad.
Cuando Dios te juzga por rebelde,
te reprocha con Sus palabras.
Te disciplina a través de las personas y cosas.
Obra con amor, de forma medida y adecuada.
No hace que las cosas sean insoportables.
Dios creó al hombre y guía su vida.
Con Sus palabras, vida y verdad,
Él provee y apoya, y cuida al hombre.
Dios creó al hombre y guía su vida.
III
No es fácil de explicar
cómo Dios aprecia y valora al hombre.
Se da en la práctica de Dios,
no en la jactancia del hombre.
Lo que Dios le da y cómo obra en el hombre
viene de Su santidad.
Todo lo que Dios le dice al hombre,
lo que Él alienta, recuerda y aconseja,
se origina en la misma esencia: la santidad de Dios.
Dios creó al hombre y guía su vida.
Con Sus palabras, vida y verdad,
Él provee y apoya, y cuida al hombre.
Dios creó al hombre y guía su vida.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
