I
Cuando uno no entiende el destino
ni entiende la soberanía de Dios,
cuando uno va a tientas con terquedad,
tambaleándose a través de la niebla,
el camino se le hace muy difícil,
el camino le romperá el corazón.
Los días sin Dios están llenos de dolor.
Si uno acepta la soberanía del Creador,
se entrega a todos Sus planes,
y busca una vida humana de verdad,
puede librarse de la pena,
librarse de todo el sufrimiento,
librarse del vacío de la vida,
librarse del vacío de la vida.
II
Cuando uno no tiene a Dios y no puede verlo,
no puede reconocer Su soberanía,
cada día es miserable y no tiene sentido.
No importa adonde esté ni lo que haga,
sus medios de vida y sus objetivos,
cuando uno no tiene a Dios,
la pena y el dolor son difíciles de abandonar.
Los días sin Dios están llenos de dolor.
Si uno acepta la soberanía del Creador,
se entrega a todos Sus planes,
y busca una vida humana de verdad,
puede librarse de la pena,
librarse de todo el sufrimiento,
librarse del vacío de la vida,
librarse del vacío de la vida.
III
Cuando la gente reconoce
la soberanía de Dios sobre su destino,
los listos eligen entenderlo y aceptarlo,
despedirse de los días de dolor,
formando una buena vida con sus propias manos.
Ya no se resistirán al destino
ni perseguirán sus objetivos.
Los días sin Dios están llenos de dolor.
Si uno acepta la soberanía del Creador,
se entrega a todos Sus planes,
y busca una vida humana de verdad,
puede librarse de la pena,
librarse de todo el sufrimiento,
librarse del vacío de la vida,
librarse del vacío de la vida.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”