Si las personas caen bajo la influencia de Satanás, entonces en su interior no tienen amor por Dios y sus visiones, amor y determinación anteriores habrán desaparecido. Las personas solían sentir que debían sufrir por Dios, pero ahora piensan que hacerlo es vergonzoso y no les faltan quejas. Esta es la obra de Satanás, una señal de que el hombre ha caído bajo el campo de acción de Satanás. Si te encuentras en este estado debes orar y darte la vuelta tan pronto como puedas, eso te protegerá contra los ataques de Satanás. Es durante el amargo refinamiento que el hombre puede más fácilmente caer bajo la influencia de Satanás, así que, ¿cómo debes amar a Dios durante tal refinamiento? Debes armarte de tu determinación, poner tu corazón delante de Dios y consagrar lo último de tu tiempo a Él. No importa cómo te refine Dios, debes ser capaz de poner la verdad en práctica para satisfacer la voluntad de Dios y asumir la responsabilidad de buscar a Dios y buscar la comunión. En momentos como estos, entre más pasivo seas, más negativo te volverás y más fácil te será retroceder. Cuando sea necesario que cumplas tu función, aunque no la cumplas bien, haces todo lo que puedes y lo haces usando nada más que tu amor por Dios; independientemente de lo que los demás digan —si dicen que has hecho bien o que has hecho mal— tus intenciones son correctas y no eres un santurrón, ya que estás actuando en nombre de Dios. Cuando los demás te malinterpreten puedes orar a Dios y decirle: “¡Oh, Dios! No pido que los demás me toleren ni que me traten bien ni que me entiendan o me aprueben. Solo pido que pueda amarte en mi corazón, que esté en paz en mi corazón y que mi conciencia esté tranquila. No pido que los demás me elogien o me tengan en alta estima; sólo busco satisfacerte de corazón; cumplo mi función haciendo todo lo que puedo y aunque soy tonto, estúpido, de un pobre calibre y ciego, sé que Tú eres maravilloso y estoy dispuesto a consagrarte todo lo que tengo”. Tan pronto como oras de esta manera, tu amor por Dios brota y sientes mucho más alivio en tu corazón. Esto es lo que significa practicar el amor a Dios. A medida que experimentes, fracasarás dos veces y tendrás éxito una o fracasarás cinco veces y tendrás éxito dos veces, y a medida que experimentes de esta manera, sólo en medio del fracaso podrás ver la hermosura de Dios y descubrir lo que te hace falta. Cuando te vuelvas a encontrar en esas situaciones, debes tener cuidado, refrenar tus pasos y orar más con mayor frecuencia. Poco a poco desarrollarás la habilidad para triunfar en esas situaciones. Cuando eso suceda, tus oraciones habrán sido efectivas. Cuando veas que has tenido éxito esta vez, por dentro estarás complacido y cuando ores podrás sentir a Dios y que la presencia del Espíritu Santo no te ha dejado, sólo entonces sabrás cómo obra Dios en tu interior. Practicar de esta manera te facilitará el camino a la experiencia. Si no pones la verdad en práctica, entonces no tendrás la presencia del Espíritu Santo en tu interior. Pero si pones en práctica la verdad cuando te topas con las cosas tal y como son, entonces, aunque te duele por dentro, el Espíritu Santo estará contigo después, podrás sentir la presencia de Dios cuando ores, tendrás la fuerza para poner en práctica las palabras de Dios y en la comunión con tus hermanos y hermanas no habrá nada que pese en tu conciencia y te sentirás en paz, de esta manera, podrás traer a la luz lo que has hecho. Independientemente de lo que digan los demás, podrás tener una relación normal con Dios, los demás no te restringirán, te levantarás por encima de todo, y en esto demostrarás que tu práctica de las palabras de Dios ha sido efectiva.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo experimentando el refinamiento puede el hombre poseer el verdadero amor