Existe una gran diferencia entre la obra realizada en Israel y la actual. Jehová guio la vida de los israelitas y no había tanto juicio y castigo porque en ese momento la gente entendía muy poco del mundo y tenía pocas actitudes corruptas. En aquel entonces, los israelitas obedecían a Jehová implícitamente. Cuando Él les decía que construyeran altares, eso hacían ellos; cuando les decía que usaran las vestiduras de los sacerdotes, le obedecían. En aquellos días, Jehová era como un pastor que cuidaba un rebaño de ovejas con las ovejas siguiendo la guía del pastor y comiendo hierba en el pasto; Jehová guiaba sus vidas, rigiendo su forma de alimentarse, vestirse, vivir y viajar. Aquel no era el momento de poner en claro el carácter de Dios, pues la humanidad de ese tiempo estaba recién nacida; había pocos rebeldes y antagonistas, no había mucha suciedad entre la humanidad, y por tanto la gente no podía actuar como un contraste del carácter de Dios. La santidad de Dios se muestra mediante la gente que viene de la tierra de la inmundicia; hoy en día, Él usa la suciedad que se muestra en esa gente y Él juzga, y así es lo que le es revelado en medio del juicio. ¿Por qué juzga? Él es capaz de decir las palabras de juicio porque desprecia el pecado; ¿cómo podría Él estar tan enfadado si no aborreciera la rebeldía de la humanidad? Si no hubiera dentro de Él asco o repugnancia, si no prestara atención a la rebeldía de la gente, entonces eso le haría tan sucio como el hombre. Que pueda juzgar y castigar al hombre se debe a que aborrece la inmundicia y en él está ausente eso que aborrece. Si también hubiera oposición y rebeldía en Él, no despreciaría a los que son antagónicos y rebeldes. Si la obra de los últimos días se estuviera llevando a cabo en Israel, no tendría sentido. ¿Por qué la obra de los últimos días se hace en China, el lugar más oscuro y atrasado de todos? Para mostrar Su santidad y justicia. En resumen, cuanto más oscuro es el lugar, más claramente se puede mostrar la santidad de Dios. De hecho, todo esto es por el bien de la obra de Dios. Solo ahora os dais cuenta de que Dios ha descendido del cielo para estar entre vosotros, ha aparecido por vuestra inmundicia y rebeldía, y solo ahora conocéis a Dios. ¿No es esta la mayor exaltación? De hecho, sois un grupo de personas en China que fuisteis escogidos. Y al haber sido escogidos y haber disfrutado de la gracia de Dios, y como no sois aptos para disfrutar de una gracia tan grande, esto demuestra que todo esto es vuestra suprema exaltación. Dios se os ha aparecido, os ha mostrado completamente Su santo carácter, os ha otorgado todo eso y ha hecho que disfrutéis de todas las bendiciones que podéis disfrutar. No solo habéis probado el justo carácter de Dios, sino que, además, habéis probado la salvación de Dios, Su redención e ilimitado e infinito amor. Vosotros, los más sucios de todos, habéis disfrutado de una gracia muy grande, ¿acaso no os sentís bendecidos? ¿Acaso no significa que Dios os está elevando? Vosotros sois los que tenéis los estatus más bajos de todos, sois inherentemente indignos de disfrutar de una bendición tan grande, sin embargo, Dios ha hecho una excepción al elevarte. ¿No te sientes avergonzado? Si eres incapaz de cumplir con tu deber, al final te avergonzarás y te castigarás a ti mismo. Ahora no eres disciplinado ni tampoco castigado; tu carne está sana y salva, pero al final, estas palabras te conducirán a la vergüenza. Hasta la fecha, todavía no he castigado abiertamente a nadie; Mis palabras pueden ser severas, pero ¿cómo actúo con la gente? Los consuelo, los animo y les advierto. No lo hago por otra razón que no sea salvaros. ¿De verdad no entendéis Mi voluntad? Deberíais entender lo que digo y encontrar inspiración en ello. Ahora hay muchas personas que lo entienden. ¿No es esta la bendición de ser un contraste? ¿Acaso serlo no es lo más bendecido que existe? En definitiva, cuando vayáis a difundir el evangelio, diréis esto: “Somos los típicos contrastes”. Os preguntarán: “¿Qué significa que eres un típico contraste?”. Y tú dirás: “Somos un contraste para la obra de Dios y para Su gran poder. La totalidad del justo carácter de Dios sale a la luz con nuestra rebeldía; somos los sujetos al servicio de la obra de Dios de los últimos días, somos los apéndices de Su obra, y también Sus herramientas”. Cuando oigan eso, quedarán intrigados. Entonces dirás: “Somos los especímenes y los modelos para la finalización de la obra de Dios en todo el universo, y para Su conquista de toda la humanidad. Seamos santos o sucios, en resumen, somos aún más bendecidos que vosotros, porque hemos visto a Dios y, mediante la oportunidad de Su conquista sobre nosotros, se muestra Su gran poder; como somos sucios y corruptos, Su justo carácter se ha puesto en marcha. ¿Sois capaces de dar así testimonio de la obra de Dios de los últimos días? ¡No estáis cualificados! ¡Esto no es más que la exaltación que Dios hace de nosotros! Aunque podamos no ser arrogantes, podemos alabar con orgullo a Dios porque nadie puede heredar una promesa tan grande ni disfrutar de tan enorme bendición. Nosotros, que somos tan sucios, nos sentimos muy agradecidos por poder obrar como contrastes durante la gestión de Dios”. Cuando pregunten: “¿Qué son los especímenes y los modelos?”, tú dices: “Somos los más rebeldes e inmundos de la humanidad; hemos sido profundamente corrompidos por Satanás y somos los más atrasados e insignificantes de la carne. Somos ejemplos clásicos de aquellos que han sido utilizados por Satanás. Ahora, hemos sido escogidos por Dios para ser los primeros entre la humanidad en ser conquistados y hemos contemplado el justo carácter de Dios y heredado Su promesa. Estamos siendo utilizados para conquistar a más personas, así que somos los especímenes y modelos de aquellos conquistados entre la humanidad”. No hay mejor testimonio que estas palabras, y esta es tu mejor experiencia.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cómo se logran los efectos del segundo paso de la obra de conquista