I
Cuando las personas aún no son salvadas,
Satanás interfiere y controla sus vidas.
Son todos prisioneros de él.
Ellos no tienen libertad,
Satanás no los ha dejado,
no son aptos para adorar a Dios.
Son perseguidos por Satanás.
Mientras sufren sus crueles ataques,
estas personas no son felices.
Tampoco tienen dignidad
ni derecho a una existencia normal.
Levántate, lucha contra Satanás
con fe, obediencia y temor de Dios.
Estas son las armas en esta batalla.
Así podrás a Satanás doblegar.
Cuando lo venzas completamente,
haciéndolo huir como un cobarde,
no te atacará ni acusará más.
Solo entonces serás salvado, libre serás.
II
Si has resuelto romper con Satanás,
pero no tienes las armas correctas,
seguirás estando en peligro.
Con el tiempo te torturará y debilitará.
Serás incapaz de dar testimonio,
atrapado en sus ataques y acusaciones,
no podrás liberarte por completo.
Tendrás poca esperanza de salvación.
Cuando se proclame el fin de la obra de Dios,
seguirás en las garras de Satanás,
incapaz de liberarte, sin esperanza.
Así serás cautivo de Satanás.
Levántate, lucha contra Satanás
con fe, obediencia y temor de Dios.
Estas son las armas en esta batalla.
Así podrás a Satanás doblegar.
Cuando lo venzas completamente,
haciéndolo huir como un cobarde,
no te atacará ni acusará más.
Solo entonces serás salvado, libre serás.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”