I
Cuando Dios creó a los hombres,
espíritus les concedió,
les dijo que si no lo invocaban,
se alejarían de Su Espíritu
y no llegaría a la tierra la “emisión celestial”.
A través del clamor del hombre,
Dios le da lo que necesita.
Al principio, en el hombre Él no “reside”,
sino que le ayuda por su clamor.
De su fuerza interior obtienen resistencia
y Satanás no se atreve a venir a actuar a su antojo.
II
Si Dios no ocupa el espíritu del hombre,
queda un espacio libre.
Satanás aprovecha para entrar.
Pero al contactar con Dios de corazón,
Satanás siente pánico y se apresura a escapar.
A través del clamor del hombre,
Dios le da lo que necesita.
Al principio, en el hombre Él no “reside”,
sino que le ayuda por su clamor.
De su fuerza interior obtienen resistencia
y Satanás no se atreve a venir a actuar a su antojo.
III
Si el hombre se conecta con Dios,
Satanás no se atreve a interferir.
Sin la interrupción de Satanás,
las personas pueden vivir vidas normales
y Dios puede obrar en ellas sin ninguna obstrucción.
Y así, lo que Dios quiere hacer
puede lograrse a través de la humanidad.
A través del clamor del hombre,
Dios le da lo que necesita.
Al principio, en el hombre Él no “reside”,
sino que le ayuda por su clamor.
De su fuerza interior obtienen resistencia
y Satanás no se atreve a venir a actuar a su antojo.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”