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Palabras diarias de Dios: Conocer a Dios | Fragmento 37

817 30/03/2021

Dios debe destruir Sodoma (Pasajes seleccionados)

Génesis 18:26 Y Jehová dijo: Si encuentro en Sodoma cincuenta justos en la ciudad, salvaré todo el lugar por el bien de ellos.

Génesis 18:29 Y volvió a hablarle otra vez, y dijo: Tal vez puedan haber cuarenta ahí. Y Él dijo: No lo haré.

Génesis 18:30 Y le dijo: Tal vez puedan haber treinta ahí. Y Él dijo: No lo haré.

Génesis 18:31 Y dijo: Tal vez puedan haber veinte ahí. Y Él dijo: No la destruiré.

Génesis 18:32 Y dijo: Tal vez puedan haber diez ahí. Y Él dijo: No la destruiré.

Dios es abundantemente misericordioso con aquellos de los que se preocupa, y profunda ira hacia aquellos a los que detesta y rechaza

En los relatos de la Biblia, ¿había diez siervos de Dios en Sodoma? ¡No! ¿Merecía la ciudad que Dios la salvara? En ella, sólo una persona —Lot— recibió a los mensajeros divinos. La implicación de esto es que al haber un único siervo de Dios en la ciudad, Él no tuvo más elección que salvar a Lot y destruir la ciudad de Sodoma. Estos diálogos entre Abraham y Dios pueden parecer simples, pero ilustran algo muy profundo: son principios de las acciones de Dios, y antes de tomar una decisión Él invertirá un largo tiempo observando y deliberando; decididamente, no tomará decisión alguna ni se precipitará hacia ninguna conclusión antes del momento oportuno. Los diálogos entre Abraham y Dios nos muestran que Su decisión de destruir Sodoma no fue ni lo más mínimo errónea, porque Él ya sabía que no había cuarenta justos en la ciudad ni treinta, ni veinte. No había ni diez. La única persona justa en la ciudad era Lot. Dios observó todo lo que ocurría en ella y sus circunstancias, y le eran tan familiares como el dorso de Su mano. Por tanto, Su decisión no podía ser equivocada. Por el contrario, comparado con la omnipotencia de Dios, ¡el hombre es tan insensible, tan insensato e ignorante, tan corto de miras! Esto es lo que vemos en los diálogos entre Abraham y Dios. Él había estado promulgando Su carácter desde el principio hasta hoy. Aquí, deberíamos verlo de igual modo. Los números son simples, y no demuestran nada; sin embargo, existe una expresión muy importante del carácter de Dios. Él no destruiría la ciudad por cincuenta justos. ¿Se debe esto a la misericordia de Dios? ¿Se debe a Su amor y tolerancia? ¿Habéis visto este lado de Su carácter? Aunque sólo hubiese diez justos, Dios no habría destruido la ciudad por ellos. ¿Es o no es esto tolerancia y amor de Dios? Por la misericordia, la tolerancia, y la preocupación divinas hacia aquellas personas justas, no habría destruido la ciudad. Es la tolerancia de Dios. Y al final, ¿qué desenlace vemos? Cuando Abraham dijo: “Tal vez puedan haber diez ahí”, Dios respondió: “No la destruiré”. Después de esto, Abraham no dijo más, porque en Sodoma no había esos diez justos a los que él aludía, y no tenía más que decir; en ese momento entendió por qué Dios había decidido destruir Sodoma. ¿Qué carácter de Dios veis en esto? ¿Qué tipo de determinación tomó Él? Es decir, si esta ciudad no contaba con diez justos, Dios no permitiría su existencia, y la destruiría inevitablemente. ¿No es esta la ira de Dios? ¿Representa esta ira Su carácter? ¿Es este carácter la revelación de Su esencia santa? ¿Es la revelación de Su esencia justa, que el hombre no debe ofender? Una vez confirmado que no había diez justos en Sodoma, Dios estaba seguro de destruir la ciudad, y castigaría duramente a sus habitantes, por oponerse a Él, y por ser tan inmundas y corruptas.

¿Por qué hemos analizado así los pasajes? Porque estas pocas frases simples expresan plenamente el carácter de misericordia abundante y profunda ira de Dios. Al mismo tiempo que valoraba a los justos, que tenía misericordia de ellos, los toleraba y cuidaba, en el corazón de Dios había una intensa aversión por todos los que se habían corrompido en Sodoma. ¿Era esto misericordia abundante e ira profunda? ¿Con qué medios destruyó Dios la ciudad? Con fuego. ¿Y por qué lo hizo de este modo? Cuando ves algo quemándose, o cuando estás a punto de quemar algo, ¿cuáles son tus sentimientos hacia ello? ¿Por qué quieres quemarlo? ¿Sientes que ya no lo necesitas más, que no quieres mirarlo más? ¿Quieres abandonarlo? Que Dios usara el fuego significaba abandono y odio, y que no quería ver más a Sodoma. Esta fue la emoción que le hizo destruir la ciudad. El uso del fuego representa exactamente el grado de ira de Dios. Su misericordia y Su tolerancia existen realmente; pero cuando libera Su ira, Su santidad y Su justicia también le muestran al hombre ese lado de Dios que no tolera la ofensa. Cuando el hombre es totalmente capaz de obedecer los mandatos de Dios y actúa según Sus requisitos, Él es abundante en Su misericordia; cuando el hombre se ha llenado de corrupción, odio y enemistad hacia Él, Dios se enoja profundamente. ¿Y hasta qué punto lo hace? Su ira se mantendrá hasta que Él deje de ver resistencia y los hechos malvados del hombre, hasta que dejen de estar ante Sus ojos. Sólo entonces desaparecerá la ira de Dios. En otras palabras, no importa quién sea la persona; si su corazón se ha distanciado y apartado de Él para no volver jamás y aunque tenga en apariencia deseos subjetivos de adorar, seguir y obedecer a Dios en cuerpo y pensamiento, tan pronto como su corazón se aparta de Él, Su ira se desatará sin cesar. Y será tal que cuando Dios la libere con intensidad, habiéndole dado al hombre suficientes oportunidades, ya no habrá forma de volver atrás. Él no volverá a ser misericordioso ni tolerante con esa persona. Este es un lado del carácter de Dios que no tolera ofensa. Aquí, a las personas les parece normal que Dios fuese a destruir una ciudad porque, a Sus ojos, al estar llena de pecado no podía existir y permanecer, y sería lógico que Él la destruyera. Sin embargo, vemos la totalidad del carácter de Dios en lo que pasó antes y después de que arrasara Sodoma. Él es tolerante y misericordioso con las cosas amables, bellas y buenas; con las que son malas, pecaminosas y malvadas, es intensamente iracundo; tanto que Su ira no cesa. Estos son dos aspectos principales y destacados del carácter de Dios, y además revelados por Él de principio a fin: misericordia abundante e ira profunda. La mayoría de vosotros habéis experimentado algo de la misericordia de Dios, pero muy pocos habéis apreciado Su ira. La misericordia y la benignidad de Dios pueden verse en cada persona; esto es, Dios ha sido abundantemente misericordioso con cada una de ellas. Pero rara vez, o mejor dicho nunca, ha estado Dios profundamente enojado con algún individuo o grupo de personas de las que estáis aquí hoy. ¡Tranquilidad! Tarde o temprano, toda persona verá y experimentará la ira de Dios, pero aún no es el tiempo. ¿Y por qué ocurre esto? Porque cuando Dios está constantemente airado con algunos, es decir, cuando desata Su profunda ira sobre ellos, significa que las ha detestado y rechazado desde hace mucho, que desprecia su existencia, y que no puede soportarla; tan pronto como Su ira caiga sobre ellos, desaparecerán. Hoy, la obra de Dios aún tiene que alcanzar ese punto. Ninguno de vosotros será capaz de resistirla una vez que Él se enoje profundamente. Veis, pues, que en este momento Dios sólo es abundantemente misericordioso con todos vosotros, y aún tenéis que ver Su profunda ira. Si algunos siguen siendo escépticos, podéis pedir que la ira de Dios venga sobre vosotros, de manera que podáis experimentar si Su enojo y Su carácter, que el hombre no debe ofender, existen o no realmente. ¿Os atrevéis?

La Palabra, Vol. 2. Sobre conocer a Dios. La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II

Las citas de la Biblia en este artículo han sido traducidas de AKJV.

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