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Palabras diarias de Dios: Revelación de la corrupción de la humanidad | Fragmento 319

1,124 07/08/2020

Todos vosotros os alegráis de recibir recompensas delante de Dios y de ser reconocidos por Él. Este es el deseo de toda persona después de empezar a tener fe en Dios, porque el hombre busca con todo el corazón cosas más elevadas y nadie está dispuesto a quedarse detrás de los demás. Este es el camino del hombre. Por esta razón, muchos de vosotros intentáis siempre obtener el favor de Dios en el cielo; sin embargo, en realidad, vuestra lealtad y sinceridad hacia Dios son mucho menores que hacia vosotros mismos. ¿Por qué digo esto? Porque no reconozco en absoluto vuestra lealtad a Dios, y además niego la existencia del Dios que está en vuestros corazones. Es decir, el Dios al que adoráis, el Dios confuso al que admiráis, no existe en absoluto. Y digo esto de forma tan categórica porque estáis demasiado lejos del Dios verdadero. La lealtad que poseéis viene de la existencia de otro ídolo en vuestros corazones; en cuanto a Mí, el Dios que vuestros ojos no consideran ni grande ni pequeño, sólo me reconocéis con palabras. Cuando hablo de vuestra gran distancia con Dios, me estoy refiriendo a lo lejos que estáis del Dios verdadero, mientras el Dios confuso parece estar a mano. Cuando digo “no grande”, lo hago en referencia a que el Dios en el que tenéis fe en este día parece ser simplemente un hombre sin capacidades poderosas; un hombre que no es demasiado elevado. Y cuando digo “no pequeño”, significa que aunque este hombre no puede convocar al viento ni dominar a la lluvia, es capaz de invocar al Espíritu de Dios para hacer una obra que sacude los cielos y la tierra, desconcertando así al hombre. Exteriormente, parecéis ser todos muy obedientes a este Cristo en la tierra, pero en esencia no tenéis fe en Él ni lo amáis. Lo que quiero decir es que realmente tenéis fe en ese Dios confuso de vuestros sentimientos, y realmente amáis al Dios que anheláis día y noche, pero nunca habéis visto en persona. En cuanto a este Cristo, vuestra fe es simplemente una fracción, y vuestro amor por Él no es nada. Fe significa creencia y confianza; amor significa adoración y admiración en el corazón, que nunca parten. Sin embargo, vuestra fe en el Cristo de este día y vuestro amor a Él están lejos de esto. Cuando se trata de la fe, ¿cómo tenéis fe en Él? Cuando se trata del amor, ¿cómo es que lo amáis? No conocéis en absoluto Su carácter, mucho menos Su esencia, así que ¿cómo es que tenéis fe en Él? ¿Dónde está la realidad de vuestra fe en Él? ¿Cómo lo amáis? ¿Dónde está la realidad de vuestro amor por Él?

Muchos me han seguido sin dudarlo hasta este día, y a lo largo de estos años, habéis sufrido mucha fatiga. He comprendido totalmente el carácter y los hábitos de cada uno de vosotros. Fue absolutamente arduo relacionarme con vosotros. La pena es que aunque he obtenido mucho conocimiento sobre vosotros, no habéis tenido el más mínimo entendimiento de Mí. No es de extrañar que otros digan que un hombre os engañó en un momento de confusión, de hecho, no entendéis nada de Mi carácter, y mucho menos podéis explicar lo que hay en Mi mente. Ahora, vuestras malinterpretaciones sobre Mí son un insulto añadido al perjuicio, y vuestra fe en Mí sigue siendo una de confusión. En lugar de decir que tenéis fe en Mí, sería más adecuado decir que todos estáis tratando de obtener Mi favor y me aduláis. Vuestros motivos son muy simples —seguiré a quienquiera que pueda recompensarme, creeré en quienquiera que pueda permitirme escapar de los grandes desastres, sea Dios o cualquier Dios determinado—. Nada de esto me importa lo más mínimo. Hay muchos hombres entre vosotros, y esta situación es muy grave. Si un día se hace una prueba para ver cuántos entre vosotros tenéis fe en Cristo porque tenéis percepción de Su esencia, entonces tengo miedo de que ninguno de vosotros sea como Yo deseo. Considerad esta pregunta: el Dios en quien tenéis fe es inmensamente diferente de Mí, ¿cuál es entonces la esencia de vuestra fe en Dios? Mientras más creáis en vuestro así llamado Dios, más os desviaréis de Mí. ¿Qué hay entonces en el núcleo de este asunto? Estoy seguro de que ninguno de vosotros ha considerado nunca este asunto, pero ¿habéis considerado su gravedad? ¿Habéis pensado en las consecuencias si continuáis con esa forma de fe?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cómo conocer al Dios en la tierra

¿TIENES FE Y AMOR VERDADEROS POR CRISTO?

I

Parecería que obedeces a Cristo, pero no tienes fe en Él ni lo amas. Crees en el Dios vago de tus sentimientos; amas al Dios que anhelas día y noche, pero que nunca conociste. La fe es creer y confiar; amar es adorar, admirar con el corazón y no separarse jamás. Pero tu fe en Él y tu amor por el Cristo de hoy se quedan muy cortos. Se quedan muy cortos.

II

Tienes tan poca fe, no amas nada a este Cristo. No conoces Su carácter ni esencia, entonces, ¿cómo puedes amarlo o tener fe? ¿Dónde está la realidad de tu fe? ¿Acaso lo amas de verdad? ¿Acaso lo amas de verdad? La fe es creer y confiar; amar es adorar, admirar con el corazón y no separarse jamás. Pero tu fe en Él y tu amor por el Cristo de hoy se quedan muy cortos. Se quedan muy cortos. Cuando se trata de fe, ¿de qué forma crees en Él? Cuando se trata de amor, ¿de qué forma amas a Cristo?

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

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