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Palabras diarias de Dios: Conocer a Dios | Fragmento 99

993 18/07/2020

La identidad “especial” de Satanás ha causado que muchas personas demuestren un gran interés en sus manifestaciones de diversos aspectos. Existen incluso muchas personas insensatas que creen que, como Dios, Satanás también posee autoridad, porque puede mostrar milagros y es capaz de hacer cosas imposibles para la humanidad. Y así, además de adorar a Dios, la humanidad también reserva un lugar para Satanás en su corazón, e incluso lo adora como a Dios. Estas personas son patéticas y detestables. Son patéticas por su ignorancia, y detestables por su herejía y su esencia inherentemente malvada. En este punto, siento que es necesario informaros de lo que es, lo que simboliza y lo que representa la autoridad. En general, Dios mismo es autoridad, Su autoridad simboliza Su supremacía y Su esencia, y la autoridad de Dios mismo representa Su estatus y Su identidad. En este caso, ¿se atreve Satanás a decir que él mismo es Dios? ¿Osa afirmar que él creó todas las cosas, y que tiene la soberanía sobre ellas? ¡Por supuesto que no lo hace! Porque es incapaz de crear todas las cosas; hasta la fecha, nunca ha hecho nada creado por Dios ni nada que tenga vida. Debido a que no tiene la autoridad de Dios, nunca poseerá en absoluto Su estatus ni Su identidad, y esto viene determinado por su esencia. ¿Tiene el mismo poder que Dios? ¡Por supuesto que no! ¿Cómo se denominan los actos de Satanás, y los milagros que exhibe? ¿Es poder? ¿Podría llamarse autoridad? ¡Por supuesto que no! Satanás dirige la marea del mal, altera, perjudica e interrumpe cada aspecto de la obra de Dios. Durante los últimos millares de años, aparte de corromper a la humanidad y maltratarla, atraer y engañar al hombre hasta la depravación, el rechazo de Dios, de forma que el hombre camina hacia el valle de la sombra de muerte, ¿ha hecho Satanás algo que merezca la más mínima conmemoración, elogio, o aprecio del hombre? Si Satanás poseyese autoridad y poder, ¿habría corrompido a la humanidad? ¿Si Satanás poseyera autoridad y poder, habría sido dañada la humanidad por él? Si Satanás poseyera poder y autoridad, ¿habría abandonado la humanidad a Dios y habría recurrido a la muerte? Como Satanás no tiene autoridad ni poder, ¿qué deberíamos concluir acerca de la sustancia de todo lo que hace? Hay quienes definen todo lo que Satanás hace como simple engaño, pero creo que esta definición no es tan adecuada. ¿Son los hechos malvados de su corrupción de la humanidad un mero engaño? La fuerza malvada con la que Satanás maltrató a Job, y su intenso deseo de maltratarlo y devorarlo, no podrían conseguirse en absoluto mediante un simple engaño. Mirando en retrospectiva vemos que, en un instante, los rebaños y el ganado de Job, dispersados muy lejos sobre colinas y montañas, desaparecieron, su gran fortuna se desvaneció. ¿Pudo haberse conseguido esto por medio de un simple engaño? La naturaleza de todo lo que Satanás hace se corresponde y encaja con términos negativos como perjudicar, interrumpir, destruir, hacer daño, el mal, la malicia y las tinieblas; así, la aparición de todo lo que es impío y malo está inextricablemente vinculado a sus actos y es inseparable de su malvada esencia, independientemente de lo “poderoso”, lo audaz y ambicioso que sea, de lo grande que sea su capacidad de infligir daño, del amplio espectro de las técnicas con las que corrompe y atrae al hombre, lo ingeniosos que sean los trucos y las artimañas con las que intimida al hombre y de lo cambiante que sea la forma en la que existe, nunca ha sido capaz de crear una simple cosa viva ni de establecer leyes o normas para la existencia de todas las cosas, ni de gobernar y controlar ningún objeto, animado o inanimado. A lo largo de la inmensa expansión del universo, no existe una sola persona u objeto que hayan nacido de él, o que existan por él; no hay una sola persona u objeto gobernados o controlados por él. Por el contrario, no sólo tiene que vivir bajo el dominio de Dios, sino que, además, debe obedecer todas Sus órdenes y Sus mandatos. Sin el permiso divino, le resulta difícil incluso tocar una gota de agua o un grano de arena sobre la tierra; ni siquiera es libre para mover a las hormigas sobre la tierra, y mucho menos a la humanidad creada por Dios. A los ojos de Dios, Satanás es inferior a los lirios del campo, a las aves que vuelan en el aire, a los peces del mar y a los gusanos de la tierra. Su papel, entre todas las cosas, es servirlas, trabajar para la humanidad, y servir a la obra de Dios y Su plan de gestión. Independientemente de lo maligna que es su naturaleza y lo malvado de su sustancia, lo único que puede hacer es respetar sumisamente su función: estar al servicio de Dios, y proveer un contrapunto para Él. Tales son la esencia y la posición de Satanás. Su sustancia está desconectada de la vida, del poder, de la autoridad; ¡es un simple juguete en las manos de Dios, tan sólo una máquina a Su servicio!

La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único I

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