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¿Por qué Dios tiene que juzgar y castigar a las personas?

Las palabras relevantes de Dios:

Aunque Jesús hizo mucha obra entre los hombres, sólo completó la redención de toda la humanidad y se convirtió en la ofrenda por el pecado del hombre; no lo libró de la totalidad de su carácter corrupto. Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió que Jesús se convirtiera en la ofrenda por el pecado y cargara con los pecados del hombre, sino también que Dios realizara una obra incluso mayor para librar completamente al hombre de su carácter satánicamente corrompido. Y, así, ahora que el hombre ha sido perdonado de sus pecados, Dios ha vuelto a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio. Esta obra ha llevado al hombre a una esfera más elevada. Todos los que se someten bajo Su dominio disfrutarán una verdad más elevada y recibirán mayores bendiciones. Vivirán realmente en la luz, y obtendrán la verdad, el camino y la vida.

Extracto de ‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”

Antes de que el hombre fuera redimido, muchos de los venenos de Satanás ya habían sido plantados en su interior, y, después de miles de años de ser corrompido por Satanás, el hombre ya tiene dentro de sí una naturaleza establecida que se resiste a Dios. Por tanto, cuando el hombre ha sido redimido, no se trata más que de un caso de redención en el que se le ha comprado por un alto precio, pero la naturaleza venenosa que existe en su interior no se ha eliminado. El hombre que está tan contaminado debe pasar por un cambio antes de volverse digno de servir a Dios. Por medio de esta obra de juicio y castigo, el hombre llegará a conocer plenamente la esencia inmunda y corrupta de su interior, y podrá cambiar completamente y ser purificado. Sólo de esta forma puede ser el hombre digno de regresar delante del trono de Dios. Toda la obra realizada este día es con el fin de que el hombre pueda ser purificado y cambiado; por medio del juicio y el castigo por la palabra, así como del refinamiento, el hombre puede desechar su corrupción y ser purificado. En lugar de considerar que esta etapa de la obra es la de la salvación, sería más apropiado decir que es la obra de purificación. En verdad, esta etapa es la de la conquista, así como la segunda etapa en la obra de la salvación.

Extracto de ‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Tú sólo sabes que Jesús descenderá durante los últimos días, pero ¿cómo lo hará exactamente? Un pecador como vosotros, que acaba de ser redimido y que no ha sido cambiado ni perfeccionado por Dios, ¿puede ser conforme al corazón de Dios? Para ti, que aún eres del viejo ser, es cierto que Jesús te salvó y que no perteneces al pecado gracias a la salvación de Dios, pero esto no demuestra que no seas pecador ni impuro. ¿Cómo puedes ser santo si no has sido cambiado? En tu interior, estás cercado por la impureza, egoísta y miserable, pero sigues deseando descender con Jesús; ¡qué suerte tendrías! Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad. De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios, porque te has saltado un paso en la obra de Dios de gestionar al hombre, que es el paso clave del cambio y el perfeccionamiento. Tú, un pecador que acaba de ser redimido, eres, por tanto, incapaz de heredar directamente la herencia de Dios.

Extracto de ‘Acerca de los apelativos y la identidad’ en “La Palabra manifestada en carne”

¿A través de qué método se logra el perfeccionamiento del hombre por parte de Dios? Se logra por medio de Su carácter justo. El carácter de Dios se compone, principalmente, de la justicia, la ira, la majestad, el juicio y la maldición, y Él perfecciona al hombre, principalmente, por medio de Su juicio. Algunas personas no entienden y preguntan por qué Dios sólo puede perfeccionar al hombre por medio del juicio y la maldición. Dicen: “Si Dios maldijera al hombre, ¿acaso no moriría el hombre? Si Dios juzgara al hombre, ¿acaso el hombre no sería condenado? Entonces, ¿cómo puede todavía ser perfeccionado?”. Esas son las palabras de la gente que no conoce la obra de Dios. Lo que Dios maldice es la desobediencia del hombre y lo que Él juzga son sus pecados. Aunque Él habla con severidad y de manera implacable, revela todo lo que hay dentro del hombre y a través de estas palabras severas revela lo que es sustancial dentro del hombre pero a través de ese juicio le da al hombre un conocimiento profundo de la sustancia de la carne y, así, el hombre se somete delante de Dios. La carne del hombre es del pecado y de Satanás; es desobediente y es el objeto del castigo de Dios. Así pues, para permitirle al hombre conocerse a sí mismo, las palabras del juicio de Dios deben sobrevenirle y debe emplearse todo tipo de refinamiento; solo entonces puede ser efectiva la obra de Dios.

A partir de las palabras que Dios ha pronunciado se puede ver que Él ya ha condenado la carne del hombre. ¿No son estas palabras, entonces, palabras de maldición? Las palabras pronunciadas por Dios revelan lo que el hombre es en realidad y por medio de esa revelación es juzgado, y cuando ve que no puede satisfacer la voluntad de Dios, en su interior siente tristeza y remordimiento; siente que está muy en deuda con Dios y que no puede alcanzar Su voluntad. Hay veces en las que el Espíritu Santo te disciplina desde dentro, y esta disciplina procede del juicio de Dios; hay veces en las que Dios te reprende y esconde Su rostro de ti, cuando no te presta atención y no obra dentro de ti, castigándote silenciosamente con el propósito de refinarte. La obra que Dios lleva a cabo en el hombre es, principalmente, para hacer evidente Su carácter justo. ¿Qué testimonio de Dios da el hombre en última instancia? El hombre testifica que Dios es el Dios justo, que Su carácter es la justicia, la ira, el castigo y el juicio; el hombre da testimonio del carácter justo de Dios. Dios usa Su juicio para perfeccionar al hombre; Él lo ha amado y lo ha salvado, pero ¿cuánto contiene Su amor? Hay juicio, majestad, ira y maldición. Aunque Dios maldijo al hombre en el pasado, no lo arrojó por completo al abismo, sino que usó ese medio para refinar su fe; no ejecutó al hombre, sino que actuó con la intención de perfeccionarlo. La sustancia de la carne es aquello que es de Satanás —Dios lo dijo de forma exacta— pero las acciones que Dios lleva a cabo no se completan de acuerdo con Sus palabras. Él te maldice para que puedas amarlo y para que puedas conocer la esencia de la carne; te castiga con el propósito de que despiertes, para permitirte que conozcas las deficiencias que hay dentro de ti y para que conozcas la indignidad absoluta del hombre. Por tanto, las maldiciones de Dios, Su juicio y Su majestad e ira, todo ello es con el fin de perfeccionar al hombre. Todo lo que Dios hace en la actualidad y el carácter justo que hace evidente dentro de vosotros, todo es con el fin de perfeccionar al hombre. Tal es el amor de Dios.

Extracto de ‘Solo al experimentar pruebas dolorosas puedes conocer la hermosura de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

De hecho, la obra que se está haciendo ahora es para hacer que las personas abandonen a Satanás, su antiguo antepasado. Todos los juicios por la palabra tienen como meta exponer el carácter corrupto de la humanidad y permitirle a las personas entender la esencia de la vida. Estos juicios repetidos atraviesan sus corazones. Cada juicio está relacionado de manera directa con su destino y tiene la intención de herir sus corazones para que puedan soltar todas esas cosas y de esa manera llegar a conocer la vida, conocer este mundo inmundo, conocer la sabiduría y omnipotencia de Dios y también conocer a la humanidad que Satanás ha corrompido. Cuanto más el hombre reciba este tipo de castigo y juicio, más se puede herir su corazón y más se puede despertar su espíritu. Despertar los espíritus de los extremadamente corruptos y más profundamente engañados es la meta de esta clase de juicio. El hombre no tiene espíritu, es decir, su espíritu murió hace mucho y no sabe que hay un cielo, no sabe que hay un Dios y ciertamente no sabe que está luchando en el abismo de la muerte: ¿cómo podría saber el hombre que está viviendo en este infierno malvado en la tierra? ¿Cómo podría saber que este cadáver podrido suyo, por la corrupción de Satanás, ha caído en el Hades de la muerte? ¿Cómo podría saber que todo en la tierra ya hace mucho que ha sido arruinado como para ser reparado por la humanidad? ¿Y cómo podría saber que el Creador ha venido a la tierra hoy y está buscando un grupo de personas corruptas a quien Él pueda salvar? Incluso después de que el hombre experimente cada refinamiento y juicio posibles, su conciencia insípida apenas si se conmueve y es virtualmente insensible. ¡Qué degenerada la humanidad! Aunque esta clase de juicio es como el cruel granizo que cae del cielo, este es el mayor beneficio para el hombre. Si no fuera porque se juzga a las personas de esta manera, no habría ningún resultado y sería absolutamente imposible salvarlas del abismo de la miseria. Si no fuera por esta obra, sería muy difícil que las personas salieran del Hades porque sus corazones murieron hace mucho y sus espíritus hace mucho que fueron pisoteados por Satanás. Salvaros a vosotros, que os habéis hundido en lo más hondo de las profundidades de la degeneración, requiere llamaros enérgicamente, juzgaros enérgicamente y solo entonces será posible despertar vuestros corazones congelados.

Extracto de ‘Solo los perfeccionados pueden vivir una vida significativa’ en “La Palabra manifestada en carne”

Dios realiza la obra de juicio y castigo para que el hombre pueda conocerle, y por el bien de Su testimonio. Sin Su juicio sobre el carácter corrupto del ser humano, el hombre no podría conocer Su carácter justo que no permite ofensa, y no podría apartarse de su viejo conocimiento de Dios para adoptar el nuevo. Por el bien de Su testimonio y de Su gestión, Él hace pública Su totalidad, capacitando así al hombre para lograr el conocimiento de Dios, que su carácter sea transformado y que dé resonante testimonio de Él por medio de Su aparición pública.

Extracto de ‘Solo aquellos que conocen a Dios pueden dar testimonio de Él’ en “La Palabra manifestada en carne”

Los últimos días ya han llegado. Todas las cosas se clasificarán según su especie, y se dividirán en diferentes categorías en base a su naturaleza. Este es el momento en el que Dios revela el final y el destino del hombre. Si este no pasa por el castigo y el juicio, no habrá forma de revelar su desobediencia y su injusticia. Solo por este medio se puede manifestar el final de todas las cosas. El hombre solo muestra lo que realmente es cuando es castigado y juzgado. El mal se pondrá con el mal, el bien con el bien, y toda la humanidad será clasificada según su especie. A través del castigo y del juicio se revelará el final de todas las cosas, de forma que los malos serán castigados y los buenos recompensados, y todas las personas se someterán al dominio de Dios. Toda la obra debe lograrse por medio del castigo y juicio justos. Como la corrupción del hombre ha alcanzado su punto culminante y su desobediencia ha sido demasiado grave, solo el carácter justo de Dios, que es principalmente de castigo y juicio, y se revela durante los últimos días, puede transformar y completar totalmente al hombre. Solo este carácter puede dejar el mal al descubierto y castigar así con severidad a todos los injustos.

Extracto de ‘La visión de la obra de Dios (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”

El objetivo esencial de la obra del castigo y el juicio de Dios es purificar a la humanidad y prepararla para el día del reposo final. Sin esta purificación, nadie de la humanidad podrá ser clasificado en diferentes categorías según su especie ni entrar en el reposo. Esta obra es el único camino de la humanidad para entrar en el reposo. Solo la obra de purificación de Dios purificará a los humanos de su injusticia y solo Su obra de castigo y juicio traerá a la luz aquellos elementos rebeldes entre la humanidad, separando de ese modo a los que pueden ser salvados de los que no, y aquellos que permanecerán de los que no. Cuando esta obra termine, todas aquellas personas a las que se les permita permanecer serán purificadas y entrarán en un estado superior de humanidad en el que disfrutarán de una segunda vida humana más maravillosa sobre la tierra; en otras palabras, comenzarán su día del reposo humano y convivirán con Dios. Después de que aquellos a los que no se les permite permanecer hayan sido castigados y juzgados, su verdadera forma de ser se revelará por completo; después de esto todos serán destruidos y, al igual que Satanás, ya no se les permitirá sobrevivir sobre la tierra. La humanidad del futuro no incluirá ya a nadie de ese tipo de personas; tales personas no son aptas para entrar a la tierra del último reposo ni tampoco para participar en el día del reposo que Dios y la humanidad compartirán, porque son blanco del castigo, son malvadas y no son justas. […] Su obra última de castigar el mal y recompensar el bien es para purificar por completo a todos los humanos para que Él pueda llevar a una humanidad completamente santa al reposo eterno. Esta etapa de Su obra es la más crucial. Es la etapa final de toda Su obra de gestión.

Extracto de ‘Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo’ en “La Palabra manifestada en carne”

Fragmentos de sermones y comunicaciones para referencia:

¿Por qué Dios debe juzgar y castigar a la humanidad corrupta y cuál es el significado del juicio y castigo de Dios de la humanidad corrupta? Esta verdad es particularmente importante, porque esto implica la verdad en relación con las visiones de la obra de Dios. Si las personas carecen de visión en su fe, entonces no saben cómo creer en Dios; aunque ellas crean en Dios, son incapaces de elegir la senda correcta. Entonces ¿qué importancia tendría el juicio y castigo de Dios de la humanidad corrupta, esta humanidad que se resiste a Él y lo traiciona? Primero debemos tener claro lo siguiente: Dios es el Creador y Él tiene la autoridad para gobernar, juzgar y castigar a lo creado. También, el carácter de Dios es justo y santo. Él no les permite a esos humanos que se resisten a Él y lo traicionan, vivir en Su presencia. Dios no permite que cosas inmundas y corruptas existan en Su presencia. Por lo tanto, el juicio y castigo de Dios de la humanidad corrupta son correctos y apropiados, y están determinados por el carácter de Dios. Todos sabemos que Dios es justo, que Dios es la verdad. Todos nosotros ya hemos visto esto por el carácter que Él revela. Todas las palabras de Dios son la verdad. Dios creó los cielos y la tierra y todas las cosas por medio de Sus palabras. Las palabras de Dios son capaces de crear todas las cosas y las palabras de Dios también son la verdad que puede juzgar todas las cosas. En los últimos días, Dios está llevando a cabo la obra de juicio y castigo de la humanidad corrupta. Algunos podrían preguntar: “¿Ha realizado Dios la obra de juicio antes?”. Ciertamente Dios ha llevado a cabo muchas obras de juicio y castigo; sólo que las personas no lo han presenciado. Antes de que existieran humanos, Satanás se resistió y traicionó a Dios, y ¿cómo juzgó Dios a Satanás? Desterró a Satanás a la tierra y todos esos ángeles que seguían a Satanás fueron enviados a la tierra junto con Satanás. Dios los hizo caer del cielo a la tierra; ¿no fue esto un juicio contra Satanás? Lo fue, como también fue su castigo. Por lo tanto, antes de que hubiera humanos, Dios ya había juzgado y castigado a Satanás. Podemos ver esto en la Biblia. Antes de que existiera esta humanidad, ¿había otros humanos u otras criaturas que fueron objeto del juicio y castigo de Dios? Podemos decir con certeza que todos los que han sido destruidos por Dios, fueron personas que se resistieron y se rebelaron contra Dios, y que todos ellos fueron objeto de Su juicio y castigo. Por lo tanto, el juicio y castigo de Dios ha continuado existiendo desde que Él creó los cielos y la tierra y todas las cosas. Este es un aspecto de la obra de Dios en cuanto a gobernar sobre todas las cosas, porque el carácter de Dios es inmutable; jamás puede cambiar. Podemos ver que desde que los seres humanos han existido, han traicionado a Dios y seguido a Satanás; todos han vivido bajo la maldición de Dios. Ha habido tantos que han muerto bajo el castigo de Dios debido a su propias acciones perversas y algunos han sido aniquilados. Ha habido tantos que creen en Dios, pero que se resisten a Dios y todos han muerto al final. Algunos han sido castigados en el reino espiritual, mientras que otros han sido castigados mientras todavía estaban vivos. Es por eso que la humanidad ha resumido esto así: “La bondad será recompensada con bondad y el mal con mal”. Todo esto es el juicio y castigo de Dios. La obra de juicio y castigo de Dios en los últimos días es en aras de salvar a la humanidad corrupta. Al aceptar la obra de Dios, también estamos aceptando el juicio y castigo de Dios. Todos los que se rebelan contra Dios y desobedecen a Dios al experimentar Su obra, reciben Su juicio y castigo. La mayoría de las veces las personas reciben el juicio y castigo de las palabras de Dios, pero a veces también reciben tanto el juicio y castigo de los hechos que caen sobre ellos, como los castigos de Dios. Todos nosotros hemos visto esto. Algunos dicen: “Los no creyentes nunca han aceptado la obra de Dios de juicio y castigo, así que ¿podrán ellos escapar del juicio y castigo de Dios?”. Independientemente de si las personas aceptan la obra de Dios en los últimos días, todas ellas serán objeto del juicio y castigo de Dios. Nadie puede escapar de eso; esto es un hecho. Todos los que están dentro de la religión no han aceptado el juicio y castigo de Dios, pero no pueden escapar de ello. Nadie puede escapar del castigo que Dios ha predestinado para el hombre; es sólo cuestión de tiempo, ya que todos obtienen su propio resultado individual, el cual también está determinado por Dios. Podemos ver qué tipo de juicio y castigo cada persona recibe de su resultado. Algunas aceptan el juicio y castigo de Dios, alcanzan la purificación de Dios, regresan completamente a Dios y su resultado es un buen destino: entrar al reino y ganar la vida eterna. Ese tipo de persona alcanza la salvación. Los que no aceptan el juicio y castigo de Dios, es decir, los que no aceptan la obra de Dios, finalmente sufrirán la perdición y destrucción. Este es su juicio y castigo que ha sido predeterminado por Dios, al igual que el resultado final que ha sido determinado por el juicio y castigo de Dios. Actualmente hay muchos líderes en la comunidad religiosa que están resistiéndose a Dios; ¿cuál será su resultado final? Si no se arrepienten, al final están destinados a hundirse en la destrucción y perdición, porque nadie puede escapar del juicio y castigo de Dios. Esto es absoluto. Nosotros hemos aceptado el juicio y castigo de Dios, lo que significa que hemos aceptado la obra de salvación de Dios de la humanidad. Estamos aceptando y experimentando el juicio y castigo de Dios de una manera positiva, desarrollando un verdadero arrepentimiento, logrando finalmente conocimiento de Dios y transformación de nuestro carácter de vida. Este tipo del juicio y castigo es nuestra salvación. En cuanto a aquellos que se rehúsan a aceptar el juicio y castigo de Dios, su resultado final será el castigo, y finalmente enfrentarán la perdición y destrucción. Esta es la consecuencia de evadir el juicio y castigo de Dios.

Extracto de “Sermones y enseñanzas sobre la entrada a la vida”

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