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Cómo dejar el pecado: Una verdadera experiencia de un creyente católico

Nota del editor:

¿Cómo podemos librarnos de las ataduras del pecado? Creo que a muchos hermanos y hermanas en el Señor les preocupa este problema, y puede que tú mismo lo hayas intentado muchas veces, pero hayas fracasado a la hora de deshacerte de los grilletes del pecado. El autor del siguiente artículo tuvo el mismo problema. Pero tras muchos años de búsqueda por fin dio con la raíz de sus pecados y aprendió a deshacerse de ellos.

Al estar atado por los pecados, me sentía confuso y no tenía a dónde dirigirme

Nací en el seno de una familia católica, y a los trece años empecé a estudiar las doctrinas del Catolicismo y fui bautizado. Más tarde vi cómo la fe de algunos de mis amigos de la iglesia se enfriaba cada vez más. Ocupaban su tiempo haciendo dinero y siguiendo las tendencias de este mundo, distanciándose cada vez más del Señor. Al ver esto, sentí que en verdad no era fácil seguir el camino de la cruz y que sin fe en el Señor era imposible entrar en el reino de los cielos. Por lo tanto, decidí consagrar mi vida al Señor y decidí hacerme un cura al servicio del Señor.

A la edad de 22, me interné en un monasterio para estudiar. Todos los días me levantaba a las 5:30 de la mañana, meditaba, rezaba el rosario y alababa al Señor desde las 6 de la mañana; estudiaba la Biblia y las doctrinas del Catolicismo a partir de las 8 y rezaba más de una hora por las noches. Pero tras un tiempo estudiando, no sentía que me estuviera acercando al Señor, todo lo contrario: sentía que ese tipo de vida era aburrido y pesado. Es más, durante ese periodo a menudo surgían en mi mente pensamientos sucios y malvados, y aunque me confesaba y me arrepentía ante el Señor, esos pensamientos aparecían a veces de repente y no era capaz de controlarme. Anteriormente le había prometido al Señor que permanecería casto, sin embargo ahora, quería romper aquella promesa. ¿Acaso esto no era pecar y engañar al Señor? Pero entonces, ¿cómo podría yo entrar en el reino de los cielos? De modo que todos los días le rezaba sin parar al Señor, pidiéndole que me ayudase a librarme de mis pecados y a servirle de todo corazón. Sin embargo, tampoco así logré cambio alguno, lo que me hacía sufrir y sentirme muy ansioso.

Tras diez años de estudio, me gradué. A continuación, y para resolver mi problema, el del deseo de pecar, me fui a Indonesia, a un monasterio recluido para estudios avanzados. Pero seguía sin poder evitar pensar en aquellas cosas impuras. Esto me desanimaba y descorazonaba de manera extrema, de modo que un año más tarde decidí regresar a los Estados Unidos.

Más tarde, la iglesia lo arregló todo para que me fuera a Beijing a cursar más estudios avanzados. Durante el tiempo que estuve estudiando allí, a menudo me acordaba de que durante todos los años que había creído en el Señor, le había estado rezando constantemente y le había pedido que me cambiase, además había estado buscando constantemente establecer una relación con Él. Pero a pesar de aquellos años de esfuerzo, seguía sin tener conocimiento alguno del Señor y mi naturaleza pecaminosa tampoco había sido eliminada. Pensé: “¿Cómo puedo realizar un buen trabajo guiando a mis hermanos y hermanas en la iglesia en tales circunstancias? Si me hago cura, ¿acaso no acabaré arruinándolos?”

Finalizados mis estudios, el obispo vino junto a mí y me dijo que quería consagrarme como cura. Se trataba de un sueño que yo había estado persiguiendo durante años, pero en aquel momento, la pasión y el entusiasmo de antaño se habían esfumado. De modo que rechacé la proposición y decidí ser un creyente normal y corriente. Después de aquello, volví a casa y me casé. Y después pecaba con frecuencia, a menudo perdía la paciencia y me peleaba con mi esposa por tonterías. Yo simplemente era incapaz de poner en práctica la paciencia y la tolerancia. Debido a esto, me confesaba a menudo y me arrepentía ante el Señor, pero luego volvía a pecar. Más tarde intenté recuperar mi relación con el Señor acudiendo a más reuniones. Cada vez que había reuniones y clases de preparación en mi iglesia, yo dejaba de lado el trabajo y acudía a ellas. Y aun así, mi problema seguía sin solucionarse.

Debido a que mi espíritu seguía marchitándose y debido a la presión laboral, estaba muy agotado, tanto física como mentalmente. Estaba confuso y no sabía cómo seguir sobre el camino que se extendía ante mí. Era como si me hubiesen arrojado a tierra salvaje. Mi corazón albergaba una desilusión y una impotencia indescriptibles.

La noticia del regreso del Señor me trajo esperanza

Y justo cuando ya no me quedaba más fe sobre la que seguir, la salvación de Dios vino sobre mí y me libró de mi miseria. Un día de enero del 2018, tras asistir a misa, conocí por casualidad al hermano Li. Este me presentó al hermano Liu. A partir de ese momento, cada vez que teníamos algo de tiempo hablábamos sobre nuestras creencias. Yo sentía que ambos tenían un conocimiento único de la Biblia, de modo que disfrutaba hablando con ellos.

En una ocasión, cuando estábamos compartiendo nuestro conocimiento de las escrituras, el hermano Liu dijo: “Un compañero de trabajo mío que conocí en China era piadoso y bueno predicando, pero ahora cree en el Relámpago Oriental. No hace mucho, otros dos compañeros míos del trabajo que acudían conmigo a las reuniones en mi iglesia, también empezaron en creer en ella. ¿Qué tipo de iglesia es el Relámpago Oriental? ¿Por qué se han convertido a ella tantos hermanos y hermanas que buscan la verdad?” Al oír aquello, hice una ligera mueca. Recordé que un devoto administrador de la iglesia que yo había conocido anteriormente también se había aceptado el Relámpago Oriental. Pensé: “¿Qué predican en el Relámpago Oriental? ¿Por qué son capaces de atraer a tantos devotos cristianos? He oído que la gente de esa iglesia siempre está hablando sobre el Apocalipsis. La mayoría de la gente no se atreve a hablar sobre el Apocalipsis; incluso los curas apenas hablan de él. ¿Podría ser que el Espíritu Santo los haya iluminado? ¿Por qué no voy y escucho lo que dice el Relámpago Oriental para ver qué tienen de especial sus sermones? Puede que resulten beneficiosos para mis devociones espirituales y que me ayuden a conocer al Señor”. Pensando de esta manera, se despertó en mí la curiosidad por esta iglesia, de modo que les dije: “¿Por qué no vamos a investigar el Relámpago Oriental y averiguar qué tiene de particular?” Ellos asintieron. Más tarde, el hermano Liu se puso en contacto con algunos hermanos y hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso y programó una reunión con ellos.

A la hora concertada llegamos al lugar de la reunión. Nada más cruzar la puerta, los hermanos y las hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso, que habían llegado antes, se acercaron a nosotros y nos saludaron cariñosamente. Tras las presentaciones, una hermana puso un vídeo sobre “El origen y el desarrollo de la Iglesia de Dios Todopoderoso”. Tras ver el vídeo, sentí sorpresa: su contenido seguía la línea de la Biblia y revelaba los misterios del Apocalipsis. Un ejemplo: la Biblia dice: “Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre(Mateo 24:27). Aunque me había pasado años leyendo la Biblia, desconocía lo que las Escrituras querían decir con esto. Tan sólo después de ver el vídeo, entendí que este versículo ha sido completado por la obra de Dios encarnado en los últimos días. Luego un hermano nos puso una película sobre el Evangelio: “La Biblia y Dios”. Tras ver la película, mi espíritu quedó completamente sacudido. Resultó que hay tantísimos misterios con respecto a la Biblia. Sentí que la verdad presentada en la película no podía pronunciarla ningún teólogo o pastor del mundo. Yo había leído muchos libros espirituales y aun así nunca había visto a nadie compartir la producción de la Biblia y su esencia de manera tan clara y explícita. De verdad que obtuve gran alimento con aquello.

A continuación, los tres escuchamos muy atentamente las palabras del hermano Wang. Al oírle decir que Dios está realizando una etapa de la obra del juicio en los últimos días en Su obra, recelé un poco y pensé: “Eso no es verdad. El Señor Jesús ya ha completado Su obra, así que ¿cómo va a hacerse carne para llevar a cabo la obra de juzgar? ¿De qué va todo esto?” Me interesó cada vez más lo que iba diciendo el hermano Wang y quise saber más para confirmar o no que Dios Todopoderoso era el Señor Jesús retornado. Pero se nos había hecho tarde. De modo que concertamos otra cita con ellos para el día siguiente y poder seguir escuchando más. De camino a casa, estuvimos discutiendo lo que se había presentado en los vídeos y yo dije: “En la reunión de hoy he entendido muchas cosas. Siento que me ha acercado al Señor”. Al decirlo, me sentí de alguna manera emocionado y pensé: “Si el Señor realmente ha regresado y está entre nosotros, ¿acaso entonces yo no soy como Pedro, que vivió en la misma época del Señor? Si es así, ¡soy de verdad bienaventurado! Y creo que el Señor va sin duda a ayudarme a solucionar mis problemas”. Con esto en mente, estaba deseando aun más que llegase la reunión del día siguiente.

Se resolvió mi confusión y logré entender por qué Dios hace la obra del juicio y cuál era la raíz de mis pecados

Al día siguiente, salí disparado hacia la reunión nada más acabar de trabajar. Al llegar, vi que los hermanos y hermanas ya me estaban esperando. Me sentí algo incómodo y pasé rápidamente hacia delante y me senté. En ese instante una hermana a la que había conocido el día anterior, me preguntó sonriendo: “¿Qué te pareció la reunión de ayer? Si hay algo que sigues sin entender, no dudes en preguntar. Juntos podemos buscar la respuesta”. Al oír aquella invitación, inmediatamente le pregunté: “Hermana, ayer dijiste que el Señor Jesús ya ha vuelto y que está llevando a cabo la obra del juicio. Pero en la cruz, el Señor Jesús dijo claramente: ‘Todo se ha cumplido’. ¿Acaso no prueba esto que Dios ha cumplimentado Su obra? ¿Por qué sigue necesitando hacer Su obra del juicio? ¿Qué es lo que está pasando de verdad?”

La hermana dijo: “Hermano, crees que cuando el Señor Jesús fue crucificado y dijo antes de expirar ‘Todo se ha cumplido”, eso demuestra que la obra de salvación llevada a cabo por Dios ya había finalizado, y que no habría más trabajo. Pero, ¿esta manera de pensar es realmente la correcta o no? Debatamos sobre ello. Todos sabemos que desde que la humanidad fue corrompida por Satanás, Dios ha estado obrando para salvar a la humanidad. Nos salvará completamente del dominio de Satanás y nos dejará recuperar nuestra santidad original. Pero ahora seguimos viviendo todavía en un estado de pecado y confesión, y aún no hemos alcanzado dicha santidad. Esto muestra que la obra de Dios de salvarnos no se ha completado del todo. De hecho, si estudiamos la Biblia a fondo, no resulta difícil encontrar en ella muchas profecías acerca de la obra del juicio de Dios en los últimos días. Tomemos, por ejemplo, el capítulo 4, versículo 17 en la Primera Epístola de Pedro donde dice: ‘Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios;’ (1 Pedro 4:17). El capítulo 14, versículo 7 del Apocalipsis dice: ‘[...] Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas’. Y el capítulo 16, versículos 12-13 del Evangelio de Juan dice: ‘Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir’. Estos versículos nos muestran que en los últimos días Dios realizará una etapa de la obra del juicio y el Espíritu de la verdad nos guiará hacia la verdad. Leamos algunas de las palabras del Dios Todopoderoso para poder entenderlo mejor”.

Luego la hermana empezó a leer las palabras de Dios Todopoderoso: “Aunque el hombre ha sido redimido y se le han perdonado sus pecados, sólo se considera que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre vive en la carne y no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando interminablemente el carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayoría de los hombres pecan durante el día y se confiesan por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para ellos, no podría salvarlos del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación, porque el hombre sigue teniendo un carácter corrupto”. “Por medio de esta obra de juicio y castigo, el hombre llegará a conocer plenamente la esencia inmunda y corrupta de su interior, y podrá cambiar completamente y ser purificado. Sólo de esta forma puede ser el hombre digno de regresar delante del trono de Dios. Toda la obra realizada este día es con el fin de que el hombre pueda ser purificado y cambiado; por medio del juicio y el castigo por la palabra, así como del refinamiento, el hombre puede desechar su corrupción y ser hecho puro”.

Tras leer estas palabras, la hermana continuó hablando: “Estas palabras de Dios Todopoderoso nos muestran que cuando el Señor Jesús dijo ‘Todo se ha cumplido’, lo que quería decir era que la obra de Dios de redención se había cumplido. No significaba que la obra de Dios de salvar a toda la humanidad se hubiese acabado. Está escrito en la Biblia: ‘Pues que yo soy Jehová vuestro Dios, vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo […](Levítico 11:44). ‘[...] y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor’ (Hebreos 12:14). Dios es santo, por lo tanto, la gente sucia y corrupta no es digna de admirar el rostro de Dios, ni es digna de entrar en el reino de Dios. Al creer en el Señor, tan sólo se nos perdonan nuestros pecados; al presentarnos ante el Señor Jesús, confesarnos y arrepentirnos, podemos disfrutar de la gracia y las bendiciones de Dios, y Él deja de vernos como pecadores. Pero nuestro carácter satánico no nos lo ha perdonado Dios, y nuestra naturaleza pecaminosa sigue ahí. Nuestra vida cíclica de pecar de día y arrepentirnos de noche persiste, sin manera alguna de quitarnos de encima las ataduras del pecado. Por ejemplo: para proteger nuestros intereses personales, seguimos mintiendo y engañando a Dios: cuando vemos a otros actuar no de acuerdo con nuestra propia manera de pensar, a menudo perdemos la paciencia y los reprendemos; a veces no somos capaces de resistirnos a las tentaciones malvadas del mundo y las seguimos y pecamos; cuando la obra de Dios no sigue la línea que nosotros tenemos en mente, seguimos siendo capaces de juzgarle y condenarle, y de resistirnos a Su obra por culpa de nuestras ideas e imaginaciones. Por lo tanto, necesitamos de Dios para que nos juzgue y nos purifique y cambie nuestro carácter corrupto. Tan sólo cuando ese carácter corrupto haya sido purificado, y nos convirtamos en gente que de verdad lo adora y obedecemos y amamos a Él, entonces la obra de Dios de salvar a la humanidad se habrá completado.

La obra del juicio de Dios Todopoderoso en los últimos días se erige sobre la base de la obra del Señor Jesús de redención llevada a cabo en la Era de Gracia. Debido a la redención del Señor Jesús, estamos cualificados para presentarnos ante Dios y recibir Su salvación, pero si creemos en Dios y no experimentamos Su juicio en los últimos días, entonces no podemos obtener de verdad la salvación”.

La comunicación de la hermana me hizo ver de repente la luz. Antes yo pensaba que quienes creíamos en el Señor habíamos sido agraciados con la salvación y que cuando el Señor viniese, nos llevaría directamente al reino celestial. Pero ahora, a través de las palabras de la hermana, me di cuenta de que estaba equivocado. Nuestra fe en el Señor nos trae el perdón de los pecados, pero nuestra naturaleza pecaminosa sigue existiendo, de modo que tenemos que aceptar el juicio de Dios en los últimos días. Solamente cuando nuestro carácter corrupto se haya purificado y cambiado, podremos ser llevados ante Dios y al reino de los cielos. Mirando atrás, estuve estudiando durante diez años en el monasterio y luego entré en una orden religiosa para realizar estudios avanzados, pero aun así no podía evitar pecar, y aunque confesaba mis pecados y me arrepentía ante el Señor, más tarde repetía los mismos pecados. Mi estado mostraba que yo no era una persona que hubiera sido purificada y que sin lugar a dudas no estaba cualificado para ser elevado al reino de los cielos. También entendí que debido a mi carácter corrupto yo vivía en el bucle de cometer pecados y confesarlos luego. ¡Gracias a Dios! Las palabras de la hermana habían sido tan buenas que solucionaron mi confusión.

Y por fin encontré la manera de deshacerme de mi carácter corrupto

A continuación, inquieto, le pregunté a la hermana: “Entonces, ¿cómo nos purifica Dios? ¿Cómo puede dispersarse mi carácter corrupto? Me he esforzado siempre por controlarme para no pecar, y también le he rezado al Señor, pidiéndole que me ayudase. Sin embargo, ya han pasado tantos años, y yo sigo sin cambiar”. Al oír esto, ella sonrió y habló conmigo pacientemente: “Hermano, en cuanto a este asunto, las palabras del Dios Todopoderoso lo dicen bien claro. Leamos juntos un pasaje. Dios Todopoderoso dice: ‘En los últimos días Cristo usa una variedad de verdades para enseñar al hombre, para exponer la esencia del hombre y para analizar minuciosamente sus palabras y acciones. Estas palabras comprenden verdades diversas tal como: el deber del hombre, cómo el hombre debe obedecer a Dios, cómo debe ser leal a Dios, cómo debe vivir una humanidad normal, así como también la sabiduría y el carácter de Dios, y así sucesivamente. Todas estas palabras son dirigidas a la esencia del hombre y a su carácter corrupto. En particular, las palabras que exponen cómo el hombre desdeña a Dios con relación a cómo el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Al emprender Su obra de juicio, Dios no deja simplemente en claro la naturaleza del hombre con sólo unas pocas palabras; la expone, la trata y la poda durante un largo plazo. Estos métodos de exposición, de trato y poda, no pueden ser sustituidos con palabras ordinarias, sino con la verdad que el hombre no posee en absoluto. Sólo los métodos de este tipo se consideran juicio; sólo a través de este tipo de juicio puede el hombre ser doblegado y completamente convencido de la sumisión a Dios y, además, obtener un conocimiento verdadero de Dios. Lo que la obra de juicio propicia es el entendimiento del hombre sobre el verdadero rostro de Dios y la verdad sobre su propia rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre obtener mucho entendimiento de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que le son incomprensibles. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir su fealdad. Estos efectos son todos propiciados por la obra de juicio, porque la esencia de esta obra es, en realidad, la obra de abrir la verdad, el camino y la vida de Dios a todos aquellos que tengan fe en Él. Esta obra es la obra de juicio realizada por Dios’.

Estas palabras nos dicen que en los últimos días, Dios juzgará y purificará nuestro carácter corrupto al expresar la verdad. Por un lado Dios usa Sus palabras para exponer y disecar tanto nuestra naturaleza como nuestra esencia y la verdad real de cómo hemos sido corrompidos por Satanás, para que podamos saber de verdad, con las palabras de Dios de juicio y castigo, que estamos llenos de carácter satánico: arrogancia y prepotencia, artimañas y engaños. También seremos capaces de saber que vivir basándonos en nuestro carácter corrupto es no tener un corazón reverente hacia Dios: Lo juzgamos y nos resistimos a Él según nuestras nociones y nos hemos convertido por completo en gente de Satanás, oponiéndonos y rebelándonos contra Él. Por otro lado, Dios usa Sus palabras para decirnos claramente cuál es Su voluntad, Sus exigencias y Sus normas, así como la manera correcta de ponerlas en práctica, proporcionándonos así el camino a seguir. Por ejemplo, Dios nos dice que le gusta la gente honesta y que odia a la gente engañosa; que solamente la gente honesta puede entrar en el reino de los cielos; y también nos dice cómo liberarnos de nuestro carácter engañoso y ser honestos. Mientras tanto, Dios también dispone situaciones prácticas para ponernos a prueba, refinarnos y tratar con nosotros. Satanás nos ha estado corrompiendo durante miles de años, y este carácter corrupto y satánico está fuertemente enraizada en nuestro interior y no puede cambiarse de golpe, así que tenemos que aceptar ese juicio a largo plazo, esos castigos, esas pruebas y refinamientos de las palabras de Dios, así como el castigo y la disciplina que surgen al topar con la realidad. Tan sólo así podemos ver con claridad nuestra verdadera naturaleza corrupta, podemos llegar a conocernos y detestarnos de verdad, arrepentirnos de nuestras acciones pecaminosas, alcanzar el verdadero conocimiento de la santidad de Dios, Su belleza y Su justicia, para al final desarrollar un corazón que adora a Dios y que esté dispuesto a practicar la verdad para satisfacerle”.

Mientras estaba escuchando a la hermana, se me encendió de repente una luz y lleno de alegría le dije: “Gracias al Señor. Antes yo me controlaba para no pecar; estudié la Biblia con ahínco y respeté las reglas del monasterio, sin embargo, seguía pecando. Con tu comunicación acerca de las palabras de Dios, me he dado cuenta de que solamente la verdad que Dios exprese en los últimos días podrá solucionarse mi comportamiento pecaminoso”. El hermano Liu también estaba emocionado y dijo: “¡Gracias al Señor! Por fin hemos encontrado la manera de deshacernos del pecado”. Al oír esto, la hermana asintió con la cabeza y sonrió. A continuación nos mostró un vídeo que daba testimonio y se titulaba “Aparece la verdadera luz”. El protagonista del vídeo solía ser como yo, vivía inmerso en el pecado y se sentía extremadamente miserable, pero luego, al experimentar el juicio y el castigo de las palabras de Dios, descubrió su carácter corrupto. Y después de eso, cuando expuso su corrupción, confió en Dios para renunciar a su carne y actuar según la palabra de Dios. Poco a poco, dejó de sentirse tan forzado por su carácter corrupto y experimentó algo de lo que es ser un verdadero ser humano. Tras ver el vídeo, vi aún con más nitidez que las palabras de Dios son muy autoritarias y poderosas, y creí que mientras aceptase el juicio y el castigo de las palabras de Dios, sería capaz de obtener el conocimiento de mi corrupción y lograr también poco a poco la purificación y transformación. ¡Gracias, Dios! Contaba con un camino más claro para librarme de mis pecados.

A orillas del mar

image: Freepik.com

Entendí la verdad y mi espíritu se liberó

Durante las siguientes reuniones, la hermana habló conmigo de muchas verdades que tenían que ver con la historia interna y la esencia de la obra de Dios, dividida en tres etapas: el significado de los nombres de Dios, los misterios de la encarnación de Dios y otros aspectos de la verdad. Tras oír todo aquello, logré un mayor entendimiento de Dios, sentí que estaba más cerca de Él y me sentí espiritualmente saciado. Confirmé desde lo más profundo de mi corazón que Dios Todopoderoso es el Señor Jesús retornado, porque sólo Dios puede expresar la verdad y revelar los misterios de la Biblia. Me sentí muy agradecido al Señor por permitirme oír la voz de Dios, y pude asistir al banquete del Cordero.

A partir de este momento, cada vez que estaba libre en casa, me ponía a leer las palabras de Dios Todopoderoso y miraba las películas sobre el evangelio y los vídeos de bailes y canciones que producía la Iglesia de Dios Todopoderoso. Cuanto más los miraba, más me encantaba mirarlos y más liberado estaba mi espíritu. Además participaba de la vida eclesiástica de la Iglesia de Dios Todopoderoso. En las reuniones, los hermanos y hermanas compartíamos nuestros conocimientos con respecto a la palabra de Dios. Transcurrido un tiempo logré un mayor conocimiento de Su obra y de mi naturaleza corrupta, y dejé de perder la paciencia con la gente. Cuando me resultaba desagradable lo que me decía mi esposa, le rezaba a Dios tratando de buscar Su voluntad. Con las palabras de Dios guiándome, pude dejar a un lado mi arrogancia y dejé de perder la paciencia con ella. Mi relación con ella ahora es algo mejor de lo que solía ser. ¡Gracias a Dios! Aunque creo en Dios Todopoderoso sólo desde hace unos meses, veo de corazón que Sus palabras son la verdad y que de hecho son capaces de cambiar mi carácter corrupto. A partir de ahora, estoy dispuesto a experimentar más palabras de juicio y castigo de Dios para poder desprenderme de mi carácter corrupto cuanto antes, vivir como un verdadero ser humano y obtener la salvación de Dios.

(Traducido del original en inglés al español por Eva Trillo)

Some Scriptures taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation

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