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Canción cristiana | Grandes son los beneficios de creer en el Dios práctico

2,090 06/03/2021

I

El Hijo del hombre sigue hablando.

Este hombre insignificante nos guía en la obra de Dios.

Hemos sufrido muchas pruebas y reprensiones

y hemos sido puestos a prueba con la muerte.

De Su justicia y majestuosidad aprendemos.

Gozamos de Su compasión y de Su amor.

Apreciamos Su poder y sabiduría,

vemos Su hermosura y deseo de salvar al hombre.

En las palabras de esta persona común,

la esencia, voluntad y carácter de Dios conocemos.

También la esencia y naturaleza del hombre,

y vemos el camino de la salvación y perfección.

II

Sus palabras nos hacen morir y renacer.

Nos hacen sentir culpables y en deuda.

Pero también nos aportan consuelo.

Provocan dolor, también gozo y paz.

A veces enemigos a quienes Su ira ha hecho cenizas.

A veces corderos al matadero, o como Sus predilectos.

Somos los salvados; somos gusanos.

Somos corderos a los que busca sin cesar.

En las palabras de esta persona común,

la esencia, voluntad y carácter de Dios conocemos.

También la esencia y naturaleza del hombre,

y vemos el camino de la salvación y perfección.

III

Él nos compadece, levanta y desprecia,

nos consuela, exhorta, esclarece y guía,

nos reprende, disciplina e incluso nos maldice,

día y noche, se preocupa y nos cuida.

No se aleja de nosotros, nos da todo Su cuidado.

Lo ha dado todo por nosotros.

En Sus palabras, hemos gozado Su totalidad

y contemplado el destino que nos ha concedido.

En las palabras de esta persona común,

la esencia, voluntad y carácter de Dios conocemos.

También la esencia y naturaleza del hombre,

y vemos el camino de la salvación y perfección.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

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