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Canción cristiana | La autoridad de Dios es inmensurable

1,519 09/03/2021

Cuando Dios bendice a alguien, lo hace para siempre

y esa continuidad da testimonio de Su autoridad,

la inestimable autoridad de Dios.

Así, la humanidad, una y otra vez, puede observar

la eterna y sublime fuerza vital, la fuerza vital del Creador.

I

La autoridad de Dios no vacila, tampoco viene y va.

Y nadie puede medir cuán grande es Su autoridad.

Cuando Dios le hace una promesa a una persona,

no importa lo que ella haga, dónde viva o su historia,

antes o después, Él lo sabe todo.

No importa cómo sus vidas cambiaron,

Dios sabe lo que sucede.

Cuando Dios bendice a alguien, lo hace para siempre

y esa continuidad da testimonio de Su autoridad,

la inestimable autoridad de Dios.

Así, la humanidad, una y otra vez, puede observar

la eterna y sublime fuerza vital, la fuerza vital del Creador.

II

No importa cuánto pasó desde que Dios habló,

parece que fuese ayer cuando se pronunció.

Así es como lo siente Dios.

Con el poder y la autoridad, Dios todo puede controlar.

Él cumple todas y cada una de las promesas

que hace a la humanidad.

No importa cuál sea la promesa

ni cuánto tiempo lleve cumplirla.

No importa de qué se trate,

ya que la promesa se cumplirá siempre.

A Dios no le cuesta el más mínimo esfuerzo

cumplir con lo que promete.

Cuando Dios bendice a alguien, lo hace para siempre

y esa continuidad da testimonio de Su autoridad,

la inestimable autoridad de Dios.

Así, la humanidad, una y otra vez, puede observar

la eterna y sublime fuerza vital, la fuerza vital del Creador.

III

Dios cumplirá Su promesa, sea lo que sea.

Todo se logrará, a Él nada le cuesta.

Y esto prueba que Su autoridad y poder

controlan el universo y a la humanidad.

Cuando Dios bendice a alguien, lo hace para siempre

y esa continuidad da testimonio de Su autoridad,

la inestimable autoridad de Dios.

Así, la humanidad, una y otra vez, puede observar

la eterna y sublime fuerza vital, la fuerza vital del Creador.

Así, la humanidad, una y otra vez, puede observar

la eterna y sublime fuerza vital, la fuerza vital del Creador.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

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