Palabras diarias de Dios: Conocer a Dios | Fragmento 136
La actitud y la práctica apropiadas para uno que desea someterse a la autoridad de Dios
¿Con qué actitud debería conocer y considerar el hombre la autoridad de Dios, la realidad de la soberanía de Dios sobre el destino humano? Este es un problema real que se presenta ante cada persona. Cuando se afrontan los problemas de la vida real, ¿cómo deberías conocer y entender la autoridad de Dios y Su soberanía? Cuando no sabes cómo entender, gestionar ni experimentar estos problemas, ¿qué actitud deberías adoptar para mostrar tu intención, tu deseo y tu realidad de someterte a la soberanía y las disposiciones de Dios? Primero debes aprender a esperar; después, debes aprender a buscar y, después, debes aprender a someterte. “Esperar” significa esperar el tiempo de Dios, a las personas, los acontecimientos y las cosas que Él ha organizado para ti, esperar que Su voluntad se revele gradualmente para ti. “Buscar” significa observar y entender las intenciones reflexivas de Dios para ti por medio de las personas, los acontecimientos y las cosas que Él ha establecido, entender la verdad a través de ellos, entender lo que los humanos deben cumplir y el camino que deben mantener, entender qué resultados quiere obtener Dios en los humanos y qué logros quiere conseguir en ellos. “Someterse”, por supuesto, se refiere a aceptar a las personas, los acontecimientos y las cosas que Dios ha orquestado, aceptar Su soberanía y, por medio de ella, llegar a conocer cómo dicta el Creador el destino del hombre, cómo provee al hombre con Su vida, cómo obra la verdad dentro del hombre. Todas las cosas bajo las disposiciones y la soberanía de Dios obedecen leyes naturales y, si te decides a dejar que Dios organice y dicte todo para ti, debes aprender a esperar, a buscar y a someterte. Esta es la actitud que toda persona que quiere someterse a la autoridad de Dios debe adoptar, la cualidad básica que debe poseer toda persona que quiere aceptar la soberanía y las disposiciones de Dios. Para tener tal actitud, para poseer tal cualidad, debéis trabajar más duro, y sólo así podréis entrar en la verdadera realidad.
La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único III