Palabras diarias de Dios: La aparición y la obra de Dios | Fragmento 51
La aparición de Dios ya ha surgido en todas las iglesias. Es el Espíritu quien habla, Él es un fuego abrasador, Él lleva majestad y está juzgando; Él es el Hijo del Hombre, vestido con una túnica que llega hasta Sus pies y un cinto de oro ceñido en Su pecho. Su cabeza y Sus cabellos son blancos como la lana, y Sus ojos son como llamas; Sus pies se asemejan al bronce bruñido, como si se hubieran forjado en un horno; y Su voz es como el sonido de muchas aguas. ¡Tiene en Su diestra siete estrellas, una espada de doble filo en Su boca y Su rostro brilla como el sol ardiente!
El Hijo del hombre ha sido testificado, Dios mismo ha sido revelado abiertamente, la gloria de Dios se ha emitido, ¡y brilla como el sol cuando resplandece! Su rostro glorioso brilla resplandecientemente; ¿los ojos de quién osan tratarlo con desafío? ¡La resistencia lleva a la muerte! No se muestra ni la más mínima pizca de misericordia por nada de lo que penséis en vuestro corazón, por ninguna palabra que pronunciéis ni en nada de lo que hagáis. Todos llegaréis a entender y a ver lo que habéis obtenido: ¡nada excepto Mi juicio! ¿Acaso puedo tolerar cuando no ponéis vuestro esfuerzo en comer y beber Mis palabras, sino que interrumpís arbitrariamente y destruís Mi construcción? ¡Yo no trataré a esta clase de persona amablemente! ¡Si tu comportamiento se degenera de forma más grave, te consumirás en las llamas! El Dios todopoderoso se manifiesta en un cuerpo espiritual, sin la menor pizca de carne o sangre que conecte la cabeza con los dedos de los pies. ¡Él trasciende el mundo-universo, sentado sobre el glorioso trono en el tercer cielo, administrando todas las cosas! El universo y todas las cosas están en Mis manos. Si Yo lo digo, será. Si Yo lo ordeno, así se hará. Satanás está bajo Mis pies; ¡está en el abismo sin fondo! Cuando emita Mi voz, el cielo y la tierra pasarán, y quedarán en nada. Todas las cosas serán renovadas, y esto es una verdad inmutable y absolutamente cierta. Yo he vencido al mundo, así como a todos los malos. Yo me siento aquí y os hablo; y todos los que tienen oídos deberían escuchar y todos los que viven deberían aceptar.
Los días llegarán a su fin; todas las cosas del mundo quedarán en nada y todas las cosas nacerán de nuevo. ¡Recordad esto! ¡No lo olvidéis! ¡No puede haber ambigüedad! ¡El cielo y la tierra pasarán, pero Mis palabras permanecerán! Permitidme exhortaros una vez más: ¡No corráis en vano! ¡Despertad! ¡Arrepentíos y la salvación está cerca! Yo ya he aparecido entre vosotros y he alzado Mi voz. Mi voz ha surgido ante vosotros, cada día os confronta, cara a cara, y cada día es fresca y nueva. Tú me ves y Yo te veo. Te hablo continuamente, estoy cara a cara contigo. Sin embargo, tú me rechazas y no me conoces; ¡Mis ovejas pueden oír Mi voz pero vosotros seguís dudando! ¡Vosotros dudáis! Vuestro corazón se ha engrosado, vuestros ojos están cegados por Satanás, y no podéis ver Mi rostro glorioso; ¡qué lamentable eres! ¡Qué lamentable!
Los siete Espíritus ante Mi trono han sido enviados a todos los rincones de la tierra y Yo enviaré a Mi Mensajero para hablar a las iglesias. Yo soy justo y fiel; Yo soy el Dios que examina las partes más profundas del corazón humano. El Espíritu Santo habla a las iglesias y son Mis palabras las que fluyen desde dentro de Mi Hijo; ¡todos los que tengan oídos deben escuchar! ¡Todos los que vivan deben aceptar! Solo come y bebe de ellas y no tengas dudas. ¡Todos los que obedecen y prestan atención a Mis palabras recibirán grandes bendiciones! Todos los que buscan Mi rostro con sinceridad tendrán sin duda nueva luz, nuevo esclarecimiento y nuevas perspectivas; todo será fresco y nuevo. Mis palabras se te aparecerán en cualquier momento y abrirán los ojos de tu espíritu de forma que puedas ver todos los misterios del mundo espiritual y que el reino está entre los hombres. Entra en el refugio y toda la gracia y las bendiciones estarán sobre ti, el hambre y las plagas no podrán tocarte. Los lobos, serpientes, tigres y leopardos no podrán hacerte daño. ¡Tú irás conmigo, caminarás conmigo y entrarás conmigo a la gloria!
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 15