Menú

A continuación

Palabras diarias de Dios: Conocer la obra de Dios | Fragmento 203

724 12/10/2020

¿Qué significa ser perfeccionado? ¿Qué significa ser conquistado? ¿Qué criterios se deben cumplir para que la gente sea conquistada? ¿Y qué criterios se deben cumplir para ser perfeccionado? Conquistar y perfeccionar tienen el propósito de hacer que el hombre sea completo, de forma que este pueda ser restaurado a su semejanza original, y quedar liberado de su carácter satánico corrupto y de la influencia de Satanás. Esta conquista llega pronto en el proceso de obrar al hombre; de hecho, es el primer paso de la obra. Perfeccionar es el segundo, y es la obra de conclusión. Cada ser humano debe someterse al proceso de ser conquistado; de lo contrario, no tendrían manera de conocer a Dios, no serían conscientes de que hay un Dios, es decir, sería imposible para ellos reconocerlo. Y si una persona no le reconoce, también es imposible que Dios los haga completos, ya que no cumplen los criterios para esta compleción. Si ni siquiera reconoces a Dios, entonces ¿cómo puedes conocerle? ¿Cómo puedes buscarlo? Tampoco serás capaz de dar testimonio de Él, y menos aún tendrás la fe para satisfacerlo. Por tanto, para cualquiera que quiera ser hecho completo, el primer paso debe ser someterse a la obra de conquista. Esta es la primera condición. Pero tanto la conquista como el perfeccionamiento son necesarios para obrar en la gente y perfeccionarla, y cada uno es parte de la obra de gestionar al hombre. Se exigen ambos pasos para hacer de alguien una persona completa; y ninguno puede ser obviado. Es cierto que “ser conquistado” no suena muy bien, pero en realidad el proceso de conquista de alguien es el de cambiarlo. Una vez que has sido conquistado, tu carácter corrupto puede no haber sido completamente erradicado, pero lo habrás conocido. Por medio de la obra de conquista habrás llegado a conocer tu humanidad inferior y también mucha de tu propia desobediencia. Aunque serás incapaz de descartar estas cosas o cambiarlas dentro del corto período de la obra de conquista, llegarás a conocerlas, y esto establecerá el fundamento para tu perfección. Así pues, la conquista y el perfeccionamiento se llevan a cabo para cambiar a las personas, para liberarlas de su carácter satánico corrupto de forma que puedan darse plenamente a Dios. Ser conquistado es meramente el primer paso en cambiar el carácter de las personas, además del primer paso para que las personas se entreguen totalmente a Dios, y es un paso inferior al de ser perfeccionado. El carácter vital de una persona conquistada cambia mucho menos que el de una persona perfeccionada. Ser conquistado y ser perfeccionado son cosas conceptualmente diferentes entre sí porque son distintas fases de la obra y porque les exigen a las personas diferentes estándares; la conquista se los exige más bajos y el perfeccionamiento se los exige más elevados. Los perfeccionados son personas justas, hechas santas y puras; son cristalizaciones de la obra de gestionar al hombre, o productos finales. Aunque no son humanos perfectos, son personas que buscan vivir vidas llenas de sentido. Los conquistados, entretanto, sólo reconocen verbalmente que Dios existe; reconocen que Dios se ha encarnado, que la Palabra ha aparecido en la carne y que Dios ha venido a la tierra para llevar a cabo la obra de juicio y castigo. También reconocen que el juicio y el castigo de Dios, así como Su golpe y refinamiento son todos beneficiosos para el hombre. Acaban de comenzar a tener una especie de semejanza humana. Tienen alguna perspectiva de la vida, pero les sigue resultando confusa. En otras palabras, están justo empezando a poseer humanidad. Estos son los efectos de ser conquistado. Cuando las personas entran en la senda de la perfección, se hace posible que cambie su viejo carácter. Además, sus vidas siguen creciendo y entran gradualmente más a fondo en la verdad. Son capaces de aborrecer al mundo y a todos aquellos que no persiguen la verdad. Se aborrecen especialmente a sí mismas, pero más que eso, se conocen claramente a sí mismas. Están dispuestas a vivir por la verdad y hacen que su objetivo sea perseguirla. No están dispuestas a vivir en los pensamientos generados por sus propios cerebros, y sienten aborrecimiento por la propia santurronería, la soberbia, y el engreimiento del hombre. Hablan con un fuerte sentido del decoro, manejan las cosas con discernimiento y sabiduría, y son leales y obedientes a Dios. Si experimentan un momento de castigo y juicio, no sólo no se vuelven pasivas o débiles, sino que están agradecidas por este castigo y juicio de Dios. Creen que no pueden pasar sin el castigo y el juicio de Dios, que los protege. No buscan una fe de paz y gozo ni de buscar pan para satisfacer el hambre. Tampoco buscan disfrutes carnales fugaces. Esto es lo que ocurre en aquellos que son perfeccionados. Después de que las personas son conquistadas, reconocen que hay un Dios, pero hay límites en lo que se manifiesta en ellos cuando reconocen la existencia de Dios. ¿Qué significa realmente que la Palabra aparezca en la carne? ¿Qué significa la encarnación? ¿Qué ha hecho Dios encarnado? ¿Cuáles son la meta y el significado de Su obra? Después de experimentar tanto de Su obra, de Sus hechos en la carne, ¿qué has ganado? Sólo serás conquistado después de entender todas estas cosas. Si dices únicamente que reconoces que hay un Dios pero no renuncias a lo que deberías renunciar y eres incapaz de abandonar los disfrutes carnales que debes abandonar, sino que en su lugar sigues codiciando las comodidades carnales como siempre lo has hecho, y si eres incapaz de deshacerte de ninguno de los prejuicios contra los hermanos y hermanas, y no pagas lo que debes al llevar a cabo muchas prácticas simples, entonces eso demuestra que sigues sin ser conquistado. En ese caso, aunque haya mucho que entiendas, no servirá de nada. Los conquistados son personas que han conseguido algunos cambios iniciales y una entrada inicial. Experimentar el juicio y el castigo de Dios hace que las personas tengan un conocimiento inicial de Él y un entendimiento inicial de la verdad. Puede que seas incapaz de entrar completamente en la realidad de verdades más profundas y detalladas, pero en tu vida real puedes poner en práctica muchas verdades rudimentarias, como las que implican a tus disfrutes carnales o tu estatus personal. Todo esto es el efecto que se consigue en la gente durante el proceso de ser conquistado. Los cambios en el carácter en los conquistados, por ejemplo su forma de vestir y presentarse y cómo viven, todo eso puede cambiar. Su perspectiva de la creencia en Dios cambia, tienen claras las metas de su búsqueda, y tienen determinaciones más altas. Durante la obra de conquista, se producen cambios pertinentes en su carácter vital. Hay cambios, pero son superficiales, preliminares, y muy inferiores a los cambios en el carácter y las metas de la búsqueda de aquellos que han sido perfeccionados. Si en el transcurso de ser conquistada, el carácter de una persona no cambia en absoluto y no obtienen ninguna verdad, entonces ¡esta persona es basura y completamente inútil! ¡Las personas que no han sido conquistadas no pueden ser perfeccionadas! Si una persona sólo busca ser conquistada, entonces no pueden ser hechos totalmente completos, aunque en su carácter exhiban ciertos cambios pertinentes durante la obra de conquista. Ellos también perderán las verdades iniciales que obtuvieron. Existe una inmensa diferencia entre el grado de cambio de carácter que se produce en los conquistados y los perfeccionados. Pero ser conquistado es el primer paso en el cambio; es el fundamento. La ausencia de este cambio inicial demuestra que una persona no conoce realmente en absoluto a Dios, ya que este conocimiento viene del juicio, y tal juicio es un elemento principal de la obra de conquista. Así que, todos los que son perfeccionados, primero han de ser conquistados; si no, no habrá manera de que sean perfeccionados.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La verdadera historia de la obra de conquista (4)

Comentarios