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Palabras diarias de Dios: La entrada en la vida | Fragmento 382

778 20/01/2021

Las personas pueden comportarse bien, pero eso no significa necesariamente que posean la verdad. Tener fervor solo puede hacer que se ciñan a la doctrina y sigan las normas; aquellos que carecen de la verdad no tienen forma de resolver los problemas esenciales ni la doctrina puede sustituir a la verdad. Las personas que han experimentado un cambio en su carácter son diferentes; han comprendido la verdad, poseen discernimiento en todos los asuntos, saben cómo actuar de acuerdo con la voluntad de Dios, con los principios-verdad, cómo hacer para satisfacer a Dios, y entienden la naturaleza de la corrupción que demuestran. Cuando sus propias ideas y nociones se manifiestan, son capaces de discernir y abandonar la carne. Así es como se expresa un cambio en el carácter. Lo principal respecto a la gente que ha experimentado un cambio en el carácter es que las personas han llegado a comprender claramente la verdad, y cuando llevan a cabo las cosas, ponen en práctica la verdad con relativa precisión y su corrupción no se demuestra tan a menudo. Generalmente, aquellos cuyo carácter ha cambiado parecen ser particularmente razonables y tener discernimiento y, debido a su entendimiento de la verdad, no manifiestan tanta santurronería ni arrogancia. Se dan cuenta y tienen discernimiento de gran parte de la corrupción que se ha revelado en ellos, así que no dan pie a la arrogancia. Son capaces de tener una comprensión exacta de cuál es el lugar del hombre, de cómo comportarse de forma razonable, de cómo ser diligente, de qué decir y qué no decir, y de qué decir y qué hacer a qué personas. Por eso se dice que este tipo de personas son relativamente razonables. Los que han experimentado un cambio en su carácter manifiestan verdaderamente una semejanza humana y poseen la verdad. Siempre pueden hablar y ver las cosas de acuerdo con la verdad, y se guían por principios en todo lo que hacen; no están sujetas a la influencia de ninguna persona, asunto o cosa, y todas tienen su propio punto de vista y pueden mantener los principios-verdad. Su carácter es relativamente estable, no nadan entre dos aguas, e independientemente de las circunstancias en las que se encuentren, entienden cómo llevar a cabo su deber de manera adecuada y cómo comportarse para satisfacer a Dios. Aquellos cuyo carácter ha cambiado en realidad no están centrados en qué hacer para parecer buenos en un nivel superficial; han obtenido claridad interna respecto a qué hacer para satisfacer a Dios. Por tanto, desde fuera puede parecer que no son entusiastas o que no han hecho nada importante, pero todo lo que hacen tiene sentido, es valioso y da resultados prácticos. Aquellos cuyo carácter ha cambiado poseen sin duda mucha verdad y esto puede confirmarse por sus perspectivas sobre las cosas y sus acciones con principios. Los que no poseen la verdad no han tenido absolutamente ningún cambio en su carácter. Un cambio en el carácter no significa tener una humanidad madura y experimentada. Se refiere, principalmente, a casos en los que algunos de los venenos satánicos en la naturaleza de una persona cambian como resultado de alcanzar el conocimiento de Dios y de comprender la verdad. Es decir, esos venenos satánicos se limpian y la verdad expresada por Dios echa raíces en estas personas, y se convierte en su vida y en el mismo fundamento de su existencia. Solo entonces se convierten en personas nuevas y, así, experimentan una transformación en el carácter. Una transformación en el carácter no significa que el carácter externo de las personas sea más dócil que antes; que solían ser arrogantes, pero que ahora se comunican razonablemente o que no solían escuchar a nadie, pero ahora pueden escuchar a los demás. No se puede decir que esos cambios externos sean transformaciones en el carácter. Por supuesto, las transformaciones en el carácter incluyen tales estados y expresiones, pero el ingrediente clave es que su vida ha cambiado por dentro. La verdad expresada por Dios se convierte en su vida misma, los venenos satánicos internos se han eliminado, y sus perspectivas han cambiado por completo y ninguna de ellas está alineada con la perspectiva del mundo. Estas personas pueden ver claramente las argucias y los venenos del gran dragón rojo como son en realidad; han comprendido la verdadera esencia de la vida. Por tanto, los valores de su vida han cambiado y este es el tipo de transformación más fundamental y la esencia de un cambio en el carácter.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte

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