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Palabras diarias de Dios: La entrada en la vida | Fragmento 471

886 21/10/2020

En los últimos días, la obra de Dios exige una confianza enorme, aun mayor que la de Job. Sin confianza, las personas no serán capaces de seguir ganando experiencia ni de ser perfeccionadas por Dios. Cuando llegue el día de las grandes pruebas, algunas personas abandonarán las iglesias, algunas aquí y otras allá. Habrá personas que lo habían estado haciendo bastante bien en su búsqueda anteriormente y la razón por la que dejan de creer no quedará clara. Ocurrirán muchas cosas que no comprenderás y Dios no revelará señales ni maravillas, ni hará nada sobrenatural. Esto es para comprobar si puedes mantenerte firme; Dios usa hechos para refinar a las personas. Aún no has sufrido mucho. En el futuro, cuando lleguen grandes pruebas, en algunos lugares todas las personas de la iglesia se marcharán, y esos con los que has tenido una buena relación se irán y abandonarán su fe. ¿Serás capaz de mantenerte firme entonces? Hasta ahora, las pruebas que has afrontado han sido menores, y probablemente apenas has sido capaz de resistirlas. Este paso incluye refinamientos y perfeccionamiento a través de las palabras solamente. En el paso siguiente, los hechos vendrán sobre ti para refinarte, y entonces estarás en medio del peligro. Cuando la situación se vuelva realmente grave, Dios te aconsejará darte prisa y marcharte, y las personas religiosas tratarán de convencerte para que vayas con ellas. Esto es para ver si puedes seguir en la senda y todas estas cosas son pruebas. Las pruebas actuales son menores, pero llegará el día en el que habrá algunos hogares en los que los padres ya no crean y algunos en los que los hijos no crean. ¿Serás capaz de seguir adelante? Cuanto más lejos vayas, mayores serán tus pruebas. Dios lleva a cabo Su obra de refinamiento en las personas, de acuerdo con sus necesidades y su estatura. Durante la etapa en la que Dios perfecciona a la humanidad, es imposible que la cantidad de personas siga incrementándose. Solo disminuirá; las personas solo pueden ser perfeccionadas a través de estos refinamientos. Ser tratado, disciplinado, probado, castigado, maldecido, ¿puedes resistir todo esto? Cuando ves una iglesia con una situación particularmente buena, donde las hermanas y los hermanos están todos buscando con gran energía, tú mismo te sientes animado. Cuando llegue el día en el que todos se hayan marchado, algunos de ellos ya no crean, algunos se hayan ido para hacer negocios o casarse, y algunos se hayan unido a la religión; ¿serás capaz de mantenerte firme entonces? ¿Serás capaz de que nada te afecte en tu interior? ¡El perfeccionamiento de la humanidad por parte de Dios no es cosa tan simple! Él utiliza muchas cosas para refinar a las personas, que las consideran métodos, pero en el propósito original de Dios no lo son en absoluto: son realidades. Al final, cuando Él haya refinado a las personas hasta un determinado grado y estas ya no tengan quejas, se completará este paso de Su obra. La gran obra del Espíritu Santo es para perfeccionarte; cuando no obra y se esconde, lo hace aún más con el propósito de perfeccionarte, y de poder ver así, de forma particular, si las personas sienten amor por Dios, y si confían de verdad en Él. Cuando Dios habla con claridad, no hay necesidad de que busques; solo cuando Él está oculto necesitas buscar y abrirte camino. Deberías ser capaz de cumplir con la obligación de una criatura e, independientemente de cuáles sean tu desenlace y tu destino futuros, deberías ser capaz de buscar el conocimiento y el amor de Dios durante tus años de vida; al margen de cómo te trate Dios, deberías ser capaz de no quejarte. Hay una condición para que el Espíritu Santo obre en las personas. Deben anhelar y no ser poco entusiastas ni dudar respecto a las acciones de Dios, y ser capaces de mantener su obligación en todo momento; solo de esta manera pueden ganar la obra del Espíritu Santo. En cada etapa de la obra de Dios, lo que se le exige a la humanidad es una enorme confianza y que vaya ante Dios para buscar; solo por medio de la experiencia son capaces las personas de descubrir cuán digno de amor es Dios y cómo obra el Espíritu Santo en las personas. Si no experimentas, si no tanteas tu camino con ello, si no buscas, no ganarás nada. Debes tantear tu camino a través de tus experiencias, y solo a través de ellas puedes ver las acciones de Dios y reconocer lo maravilloso e insondable que Él es.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Debes mantener tu lealtad a Dios

MANTENTE FIRME A LO QUE EL HOMBRE DEBE HACER

I

Ofrecer una virgen pura y un sagrado cuerpo espiritual, es mantener un corazón de sinceridad enfrente de Dios. Para la humanidad, poder ser sinceros a Dios es la pureza. La obra del Espíritu Santo tiene una regla: El hombre buscará con toda la fuerza del corazón, no dudar de las acciones de Dios, siempre mantener su deber. Solamente así se alcanza la obra del Espíritu Santo. Este camino es verdad ya lo sabes, debes seguirlo hasta el final, mantén tu devoción a Dios. Ya que has visto que Él mismo vino a perfeccionarte a la tierra, le deberías entregar tu corazón. Sin importar lo que Él haga, aunque tu resultado sea malo, aún puedes siempre seguirlo a Él. Esto es mantener la pureza.

II

En cada paso de la obra de Dios, la humanidad debe tener enorme fe, y debe buscar frente a Dios. Solo por la experiencia puede la gente hallar la belleza de Dios, ver cómo obra el Espíritu Santo. Si tú no experimentas, si no sientes tu camino así, si no buscas, no obtendrás nada. Por la experiencia verás los actos de Dios y cuán maravilloso, cuán insondable Él es. Este camino es verdad ya lo sabes, debes seguirlo hasta el final, mantén tu devoción a Dios. Ya que has visto que Él mismo vino a perfeccionarte a la tierra, le deberías entregar tu corazón. Sin importar lo que Él haga, aunque tu resultado sea malo, aún puedes siempre seguirlo a Él. Esto es mantener la pureza. Cumple el deber de una criatura, sin importar cómo sea el resultado, busca amar y conocer a Dios, no te quejes de la forma que Dios te trate.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

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