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Palabras diarias de Dios: La entrada en la vida | Fragmento 559

1,023 15/11/2020

¿Cómo entiendes la naturaleza humana? En realidad, entender tu naturaleza significa diseccionar la profundidad de tu alma; implica lo que hay en tu vida. Has estado viviendo según la lógica de Satanás y sus puntos de vista, es decir, que has estado viviendo la vida de Satanás. Sólo puedes entender tu naturaleza si desentierras las partes más profundas de tu alma. ¿Cómo pueden desenterrarse estas cosas? No pueden desenterrarse o diseccionarse mediante apenas uno o dos sucesos; muchas veces, después de que has terminado de hacer algo, sigues sin haber llegado a un entendimiento. Se podrían requerir tres o cinco años antes de que seas capaz de obtener aunque sea una ínfima comprensión y entendimiento de ellas. En muchas situaciones, debes reflexionar y conocerte a ti mismo, y sólo cuando practiques la profundización verás resultados. A medida que tu comprensión de la verdad se hace más y más profunda, poco a poco llegarás a conocer tu propia naturaleza y esencia a través de la autorreflexión y el autoconocimiento. Para conocer tu naturaleza, debes lograr algunas cosas. Primero, debes tener un entendimiento claro de lo que te gusta. Esto no se refiere a lo que te gusta comer o vestir; más bien, se refiere al tipo de cosas que disfrutas, las cosas que envidias, que adoras, que buscas y a las que prestas atención en tu corazón, el tipo de personas con las que te gusta entrar en contacto, el tipo de cosas que te gusta hacer y el tipo de personas que idolatras en tu corazón. Por ejemplo: a la mayoría de la gente le gustan las personas de gran prestigio, personas que son elegantes en su discurso y comportamiento o las que hablan con elocuente adulación o las que aparentan lo que no son. Lo arriba mencionado tiene que ver con aquello con lo cual a las personas les gusta interactuar. En cuanto a las cosas que disfrutan las personas, incluyen el estar dispuestas a hacer ciertas cosas fáciles de hacer, disfrutar hacer cosas que a los demás les parecen buenas y que harían que las personas cantaran alabanzas e hicieran cumplidos. Existe una característica común en las cosas que les gustan. Es decir, les gustan las personas, sucesos y cosas que otros envidian debido a su apariencia externa; les gustan las personas, cosas y sucesos que se ven hermosas y lujosas y les gustan las personas, sucesos y cosas que hacen que otras las adoren debido a las apariencias. Estas cosas a las que la gente les tiene cariño son geniales, deslumbrantes, magníficas e imponentes. Todas las personas adoran estas cosas. Puede verse que las personas no tienen nada de la verdad y tampoco tienen la semejanza de seres humanos auténticos. No tiene el más mínimo sentido adorar estas cosas, pero a las personas les siguen gustando. […] Lo que te gusta, aquello en lo que te centras, lo que adoras, lo que envidias y aquello en lo que piensas en tu corazón cada día, todo ello es representativo de tu naturaleza. Es suficiente para demostrar que a tu naturaleza le gusta la injusticia y que, en situaciones graves, es malvada e incurable. Debes analizar tu naturaleza de este modo; es decir, examinar aquello que te gusta mucho y aquello a lo que renuncias en tu vida. Puede que seas bueno con alguien durante un tiempo, pero esto no demuestra que le tengas cariño. Lo que te gusta de verdad es, precisamente, lo que está en tu naturaleza; aunque tuvieras los huesos rotos, lo seguirías disfrutando y no podrías renunciar a ello jamás. Esto no resulta fácil de cambiar. Tomemos como ejemplo el encontrar una pareja. Si una mujer en verdad se enamorase de alguien, entonces nadie podría detenerla. Aunque le rompieran las piernas, ella querría estar con él; querría casarse con él aunque para ella eso significara la muerte. ¿Cómo puede ser esto? Esto se debe a que nadie puede cambiar lo que las personas tienen en lo profundo de su ser. Aunque una persona muriera, a su alma le seguirían gustando las mismas cosas; estas son las cosas de la naturaleza humana, y representan la esencia de la persona. Las cosas que les gustan a las personas contienen cierta injusticia. Algunas son obvias en su cariño por esas cosas, mientras que otras no; algunas personas les tienen gran cariño, mientras que otras no; algunas personas pueden controlarse y otras no. Algunas personas tienden a hundirse en las cosas oscuras, lo que demuestra que no poseen ni una pizca de vida. Si las personas son capaces de no andar ocupadas y limitadas por esas cosas, ello demuestra que su carácter se ha transformado un poco y tienen un poco de estatura. Ciertas personas entienden algunas verdades y sienten que tienen vida y que aman a Dios. En realidad, sigue siendo demasiado pronto y sufrir la transformación del carácter propio no es un asunto fácil. ¿Acaso es la naturaleza propia fácil de entender? Aunque la entendieras un poco, no sería fácil de cambiar. Este es un ámbito difícil para las personas. Independientemente de cómo puedan cambiar las personas, los asuntos o las cosas que te rodean, e independientemente de cómo pueda ponerse el mundo boca abajo, si la verdad te guía desde dentro, si ha echado raíces dentro de ti, y si las palabras de Dios guían tu vida, tus preferencias, tus experiencias y tu existencia, te habrás transformado de verdad. Ahora bien, esta supuesta transformación consiste sencillamente en que las personas colaboren un poco y tengan un poco de entusiasmo y fe, pero esto no puede considerarse una transformación ni demuestra que las personas tengan vida; tan solo son las preferencias de las personas y nada más.

Además de sacar a la luz las cosas que más les gustan a las personas de su naturaleza, también es necesario descubrir otros aspectos pertenecientes a esta. Por ejemplo, los puntos de vista de las personas sobre las cosas; sus métodos y sus metas en la vida; sus valores vitales y sus opiniones sobre la vida y sobre todas las cosas relacionadas con la verdad. Estas cosas están, todas, en lo profundo del alma de la gente y guardan una relación directa con la transformación del carácter. ¿Cuál es, entonces, la perspectiva vital de la humanidad corrupta? Se puede decir que es la siguiente: “Cada hombre por sí mismo y sálvese quien pueda”. La gente vive para sí misma; por decirlo más claro, vive para la carne. Solamente vive para llevarse comida a la boca. ¿En qué se diferencia esta existencia de la de los animales? No tiene ningún valor vivir así, y menos aún sentido. La perspectiva vital se basa en aquello de lo que dependes para vivir en el mundo, aquello para lo que vives y cómo vives, y todo esto tiene que ver con la esencia de la naturaleza humana. Al analizar la naturaleza de las personas, verás que todas se oponen a Dios. Todas ellas son diablos y no hay ninguna genuinamente buena. Solo si analizas la naturaleza de la gente puedes conocer de verdad la esencia y la corrupción del hombre y entender de qué forma parte realmente la gente, de qué carece en realidad, con qué debería equiparse y cómo debería vivir con semejanza humana. No es fácil analizar verdaderamente la naturaleza de una persona ni puede hacerse sin experimentar las palabras de Dios o tener experiencias reales.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Lo que se debe saber sobre cómo transformar el propio carácter

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