¡Oh Dios! Yo te alabo y te agradezco cuán prácticas son tus palabras. Yo confiaré todo en Tus manos. Puedes sembrar la verdadera fe dentro de mí. Creeré en Ti y te seguiré por siempre. ¡Amén!
¡Oh Dios! Mi destino está en Tus manos. Dame confianza y fortaleza para que pueda agradecértelo con alegría e incluso alabarte en el sufrimiento. Gracias por Tu protección y cuidado diario. ¡Amén!
La vida sin Dios no es vida.
La palabra de Dios es la mejor arma para vencer a Satanás.
Lo que Dios te da no será lo que quieres, sino lo que necesitas.
Solo el amor de Dios es puro, sincero y verdadero.
"Querido Dios que tanto me amas,
que haces lo posible por salvarme.
¡Lo que has hecho por mí lo recordaré!
Nunca jamás lo olvidaré."
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