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Palabras diarias de Dios: Revelación de la corrupción de la humanidad | Fragmento 342

240 04/10/2020

Yo he estado entre vosotros, asociándome con vosotros durante varias primaveras y otoños, he vivido entre vosotros durante mucho tiempo, he vivido con vosotros; ¿cuánta de vuestra conducta despreciable se ha escapado justo delante de Mis ojos? Esas palabras sinceras vuestras resuenan constantemente en Mis oídos; millones y millones de vuestras aspiraciones se han colocado en Mi altar; ni siquiera pueden contarse. Pero en cuanto a vuestra dedicación y lo que erogáis, no hay ni siquiera un poco. Ni siquiera hay una pequeña gota de vuestra sinceridad en Mi altar. ¿Dónde están los frutos de vuestra creencia en Mí? Habéis recibido gracia infinita de Mí, y visto infinitos misterios del cielo, e incluso os he enseñado las llamas del cielo pero no he tenido el corazón para quemaros, ¿y cuánto me habéis dado a cambio? ¿Cuánto estáis dispuestos a darme? Con la comida que Yo te di en la mano, te giras y me la ofreces, e incluso dices que fue algo que conseguiste a cambio del sudor de tu esfuerzo, que me estás ofreciendo todo lo que tienes. ¿Cómo es posible que no sepas que todas tus “contribuciones” a Mí son cosas robadas de Mi altar? Y ahora me estás ofreciendo esto; ¿no me estás haciendo trampa? ¿Cómo es posible que no sepas que todo lo que Yo estoy disfrutando hoy son las ofrendas de Mi altar, y no lo que tú has ganado a cambio de tu duro trabajo, y que me ofreces después? Os atrevéis realmente a engañarme de esta forma, ¿cómo puedo perdonaros entonces? ¿Cómo puedo soportar esto más tiempo? Yo os lo he dado todo. Yo lo he abierto todo para vosotros, he provisto para vuestras necesidades, y he abierto vuestros ojos, pero me engañáis de esta forma, e ignoráis vuestra conciencia. Yo os lo he concedido todo con abnegación, de forma que aunque sufrís, habéis obtenido de Mí todo lo que he traído del cielo. Pero no tenéis en absoluto dedicación, y aunque hagáis una pequeña contribución, ajustáis cuentas conmigo después de eso. ¿No equivaldrá a nada tu contribución? Lo que tú me has dado no es sino un único grano de arena, pero me has pedido una tonelada de oro. ¿No estás siendo simplemente poco razonable? Yo obro entre vosotros. No hay absolutamente ningún rastro del diez por ciento que Yo debería ganar, y menos aún algún sacrificio adicional. Aún más, los malvados se quedan con el diez por ciento contribuido por los piadosos. ¿No estáis todos alejados de Mí? ¿No sois todos adversarios míos? ¿No estáis todos destruyendo Mi altar? ¿Cómo podrían Mis ojos ver como un tesoro a este tipo de persona? ¿No son cerdos, perros que aborrezco? ¿Cómo podría hacer Yo referencia a vuestras maldades como un tesoro? ¿Para quién es realmente Mi obra? ¿Será que se trata simplemente de heriros a todos para revelar Mi autoridad? ¿No penden todas vuestras vidas de una sola palabra mía? ¿Por qué razón estoy usando únicamente palabras para instruiros, y no he convertido las palabras en hechos para heriros tan pronto como sea posible? ¿Son Mis palabras y Mi obra simplemente para herir a la humanidad? ¿Soy un Dios que mata indiscriminadamente al inocente? Justo ahora, ¿cuántos de vosotros estáis aquí ante Mí con todo vuestro ser para buscar la senda correcta de la vida humana? Sólo vuestro cuerpo está ante Mí, pero vuestro corazón ha huido, y está lejos, muy lejos de Mí. Como no sabéis cuál es realmente Mi obra, muchos de vosotros que queréis apartaros de Mí, os distanciáis de Mí, y queréis vivir en ese paraíso en el que no hay castigo, no hay juicio. ¿No es esto lo que las personas desean en su corazón? No hay duda de que Yo no te estoy obligando. La senda que tomes es tu propia elección, y la senda de hoy va junto al juicio y la maldición, pero deberíais saber todos que lo que os he concedido, sea juicio o castigo; son los mejores regalos que os puedo dar, y cosas que necesitáis con urgencia.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¡Sois todos muy básicos en vuestro carácter!

NADIE ENTIENDE LA VOLUNTAD DE DIOS

I

Dios ha estado obrando entre vosotros. Y no hay ni rastro del diez por ciento de Él. El diez por ciento dado por piadosos, por los malvados es aprovechado. ¿No estáis todos alejados de Dios? ¿No sois todos opuestos a Él? ¿Cómo podría Dios ver los actos malvados que habéis cometido como algo apreciado? Dios os lo ha concedido todo sin interés, por lo que, aunque sufrís, aun obtenéis todo lo que Él os trae desde el cielo. Pero es muy poco lo que dedicáis. Aunque os dediquéis muy poco, más tarde ajustaréis las cuentas con Dios. Le entregáis un simple grano de arena, a cambio de una tonelada de oro. Vuestra contribución no equivaldrá a nada. ¿No estáis siendo poco razonables? La senda de hoy va junto al juicio y a la maldición, pero lo que Dios te concede, ya sea juicio o castigo, satisface tus necesidades, es lo mejor para ti.

II

¿Para quién es Su obra en realidad? ¿Podría ser que fuera sólo para derribarte así se revelara la autoridad de Dios? ¿No dependen vuestras vidas de una sola palabra suya? ¿Por qué os enseña sólo con palabras, sin convertirlas en hechos para mataros? ¿Son Sus palabras y obra para derribar al hombre? ¿Acaso mata al inocente al azar? Ahora, ¿cuántos os presentáis ante Dios con todo vuestro ser, buscando la senda correcta? Sólo vuestros cuerpos están ante Dios; vuestros corazones deambulan lejos. Porque no conocéis la obra de Dios, muchos ansiáis alejaros de Él, ansiáis vida en el paraíso sin juicio. ¿No es eso lo que desea el corazón del hombre? Dios no te obliga a nada. La senda que eliges es tu elección. La senda de hoy va junto al juicio y a la maldición, pero lo que Dios te concede, ya sea juicio o castigo, satisface tus necesidades, es lo mejor para ti.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

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