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Palabras diarias de Dios: Revelación de la corrupción de la humanidad | Fragmento 349

1,084 08/10/2020

La humanidad se ha desarrollado durante decenas de miles de años de historia para llegar a donde se encuentra hoy. Sin embargo, el hombre que creé originalmente, se ha hundido en la degeneración hace mucho tiempo. La humanidad ya dejó de ser la humanidad que Yo deseo, y por eso, ante Mis ojos, ya no merece ser llamada humanidad. Es más bien la escoria de la humanidad que Satanás capturó, son los cadáveres podridos andantes en los que Satanás habita y con los cuales se viste. La gente no cree en absoluto en Mi existencia, ni recibe Mi venida. El ser humano solo responde a Mis exigencias a regañadientes, accede a ellas temporalmente y no comparte sinceramente los gozos y tristezas de la vida conmigo. Como la gente me ve como inescrutable, de mala gana me dedica sonrisas fingidas, o me tratan mediante la adulación a quien tenga poder, porque no tienen conocimiento de Mi obra, ni mucho menos de Mi voluntad en el presente. Seré honesto con vosotros: cuando llegue el día, el sufrimiento de cualquiera que me adore será más fácil de soportar que el de vosotros. El nivel de vuestra fe en Mí, en la actualidad, no supera el de Job, incluso la fe de los judíos fariseos sobrepasa la vuestra. Por ello, si desciende el día de fuego, vuestro sufrimiento será más grave que el de los fariseos cuando Jesús los reprendió, que el de los 250 líderes que confrontaron a Moisés, y que el de Sodoma bajo las llamas ardientes de su destrucción. Cuando Moisés golpeó la roca y brotó de ella el agua conferida por Jehová, fue gracias a su fe. Cuando David tocó la lira para alabarme, a Mí, Jehová —con el corazón lleno de alegría— fue gracias a su fe. Cuando Job perdió su ganado que llenaba las montañas y enormes cantidades de riqueza y su cuerpo se cubrió de dolorosas llagas, fue debido a su fe. Cuando él pudo escuchar Mi voz, la voz de Jehová, y ver Mi gloria, la gloria de Jehová, fue gracias a su fe. Que Pedro haya podido seguir a Jesucristo, fue debido a su fe. Que pudiera ser clavado en la cruz por Mí y dar testimonio glorioso de Mí, también fue debido a su fe. Cuando Juan vio la imagen gloriosa del Hijo del hombre, fue debido a su fe. Cuando vio la visión de los últimos días, fue, aún más, a causa de su fe. La razón por la que las así llamadas “multitudes de las naciones gentiles” han obtenido Mi revelación y han llegado a tener conocimiento de que Yo he regresado en la carne para llevar a cabo Mi obra entre los hombres, también es a causa de su fe. ¿Acaso todos los que son golpeados por Mis severas palabras —y que, sin embargo, encuentran en ellas consuelo y son salvados— no lo han hecho por causa de su fe? Los que creen en Mí, pero aún sufren adversidades, ¿no han sido también rechazados por el mundo? Los que viven al margen de Mi palabra, huyendo del sufrimiento de la prueba, ¿no están todos a la deriva en el mundo? Parecen hojas de otoño, flotando por aquí y por allá, sin tener un lugar donde descansar, ni mucho menos Mis palabras de consuelo. Aunque Mi castigo y refinamiento no los siguen, ¿no son pordioseros que vagan de un lugar a otro, recorriendo las calles fuera del reino de los cielos? ¿El mundo es realmente tu lugar de descanso? Evitando Mi castigo, ¿puedes realmente lograr la más leve sonrisa de gratificación de parte del mundo? ¿De verdad puedes utilizar tu gozo fugaz para llenar ese vacío en tu corazón que no puedes ocultar? Puedes engañar a cualquiera de tus familiares, pero nunca podrás engañarme a Mí. Porque tu fe es demasiado exigua, aún ahora sigues siendo incapaz de hallar ninguno de los deleites que la vida tiene para ofrecer. Te exhorto a que sinceramente dediques la mitad de tu vida a Mi causa, en vez de la totalidad de tu vida a la mediocridad y la tarea inútil de la carne, sobrellevando todo el sufrimiento que el hombre apenas puede soportar. ¿De qué sirve valorarte tanto y huir de Mi castigo? ¿De qué sirve ocultarte de Mi castigo momentáneo, solo para cosechar una eternidad de vergüenza, una eternidad de castigo? Yo, de hecho, no obligo a nadie a cumplir Mi voluntad. Si alguien realmente desea someterse a todos Mis planes, no lo trataré mal. Pero exijo que toda la gente crea en Mí, como Job creyó en Mí, Jehová. Si vuestra fe excede la fe de Tomás, entonces vuestra fe conseguirá Mi elogio; en vuestra lealtad hallaréis Mi gozo, y con seguridad encontraréis Mi gloria en vuestros días. Sin embargo, aquellos que creen en el mundo y en el diablo, han endurecido sus corazones, como las multitudes de la ciudad de Sodoma, con arena arrastrada por el viento en sus ojos, y ofrendas del diablo en sus labios, cuyas mentes nubladas fueron poseídas hace mucho tiempo por el maligno que ha usurpado al mundo. Casi todos sus pensamientos han sido cautivados por el diablo de los tiempos remotos. Y así, la fe de los seres humanos se fue con el viento, y no son ni siquiera capaces de tomar en cuenta Mi obra. Lo único que pueden hacer es un débil intento de tratar Mi obra de un modo superficial o analizarla de manera muy tosca, porque desde hace mucho tiempo están poseídos por el veneno de Satanás.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Lo que significa ser una persona verdadera

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