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Palabras diarias de Dios: La entrada en la vida | Fragmento 434

844 16/10/2020

Si las personas han de conocer a Dios, primero deben saber que Dios es el Dios práctico, y deben conocer las palabras de Dios, la apariencia práctica de Dios en la carne y la obra práctica de Dios. Sólo después de conocer que toda la obra de Dios es práctica podrás realmente cooperar con Dios, y sólo a través de este sendero podrás lograr el crecimiento en tu vida. Todos los que no tienen un conocimiento de la realidad, no tienen manera de experimentar las palabras de Dios, están enredados en sus nociones, viven en su imaginación y, por lo tanto, no tienen conocimiento de las palabras de Dios. Cuanto mayor sea tu conocimiento de la realidad, más cerca estarás de Dios y más intimidad tendrás con Él; cuanto más busques la imprecisión, la abstracción y la doctrina, más te alejarás de Dios y, por consiguiente, más sentirás que experimentar las palabras de Dios es extenuante y difícil, y que eres incapaz de entrar. Si quieres entrar en la realidad de las palabras de Dios, y en el camino correcto de tu vida espiritual, primero debes conocer la realidad y separarte de las cosas vagas y sobrenaturales, es decir, primero debes entender cómo realmente el Espíritu Santo te esclarece y te guía desde tu interior. De esta manera, si puedes efectivamente entender la obra que el Espíritu Santo hace dentro de ti, habrás entrado en el camino correcto para que Dios te perfeccione.

En la actualidad, todo comienza con la realidad. La obra de Dios es lo más real y las personas la pueden tocar; es lo que las personas pueden experimentar y lograr. En las personas hay mucho que es vago y sobrenatural, que las frena de conocer la obra presente de Dios, por lo tanto, en sus experiencias siempre se desvían, y siempre sienten que es difícil, y todo esto lo provocan sus nociones. Las personas no pueden captar los principios de la obra del Espíritu Santo, no conocen la realidad, y por eso siempre son negativas en su senda de entrada. Ven las exigencias de Dios desde lejos, incapaces de alcanzarlas; sólo ven que las palabras de Dios son realmente buenas, pero no pueden encontrar la senda de la entrada. El Espíritu Santo obra por medio de este principio: por medio de la cooperación de las personas, por medio de que ellas oren de manera activa, buscando y acercándose más a Dios, se pueden lograr resultados y el Espíritu Santo las puede esclarecer e iluminar. No es el caso de que el Espíritu Santo actúe de manera unilateral o de que el hombre actúe unilateralmente. Ambos son indispensables, y cuanto más cooperen las personas, y cuanto más busquen alcanzar los estándares de las exigencias de Dios, mayor será la obra del Espíritu Santo. Sólo la cooperación real de las personas, aunada a la obra del Espíritu Santo, puede producir experiencias reales y el conocimiento esencial de las palabras de Dios. Gradualmente, por medio de experimentar de esta manera, al final se produce una persona perfecta. Dios no hace cosas sobrenaturales; en las nociones de las personas, Dios es todopoderoso y Dios hace todo, y el resultado es que las personas esperan pasivamente, no leen las palabras de Dios ni oran, y sólo esperan el toque del Espíritu Santo. Los que tienen un correcto entendimiento, sin embargo, creen esto: Las acciones de Dios sólo pueden ir tan lejos como mi cooperación, y el efecto que la obra de Dios tiene en mí depende de cómo yo coopero. Cuando Dios hable, debo hacer todo lo que pueda para buscar y aspirar a las palabras de Dios; esto es lo que debo lograr.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cómo conocer la realidad

EL PRINCIPIO DE LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO

I

El Espíritu Santo no obra solo, y el hombre no puede avanzar solo. Codo a codo con el Espíritu de Dios. Avanzan los dos juntos. El esfuerzo del hombre y la obra del Espíritu Santo permiten conocer la palabra de Dios. Día tras día, andando este camino, el hombre se perfecciona. El ser iluminado por el Espíritu Santo, es algo que hay que trabajar, hay que cooperar y activamente orar, buscar y acercarse más a Dios.

II

Dios no hace cosas sobrenaturales, pero el hombre piensa que sí. No lee la palabra de Dios, tampoco ora, y espera a que el Espíritu lo inspire. Pero quienes saben piensan diferente: Dios obra según mis acciones. El efecto de Su obra depende de mí. Debo esforzarme y entender Su palabra. El ser iluminado por el Espíritu Santo, es algo que hay que trabajar, hay que cooperar y activamente orar, buscar y acercarse más a Dios. Cuanto más aprende la gente a hacer su parte, y más se esfuerza en cumplir lo que Dios exige, mayor es la obra del Espíritu Santo. El ser iluminado por el Espíritu Santo, es algo que hay que trabajar, hay que cooperar y activamente orar, buscar y acercarse más a Dios.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

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