Aunque vuestra fe es muy sincera, ninguno de vosotros es capaz de explicarme totalmente, y ninguno de vosotros puede testificar plenamente de todas las realidades que veis. Pensad en ello. Justo ahora la mayoría de vosotros es negligente en sus obligaciones, yendo en su lugar tras las cosas de la carne, saciándola y disfrutando de ella con avidez. Poseéis poca verdad. ¿Cómo podéis entonces dar testimonio de todo lo que habéis visto? ¿Confiáis realmente en que podéis ser Mis testigos? Si un día eres incapaz de dar testimonio a todos de lo que has visto hoy, habrás perdido la función de un ser creado. No habrá ningún sentido en absoluto en tu existencia. Serás indigno de ser un humano. ¡Uno puede decir incluso que no serás humano! He hecho una cantidad infinita de obra en vosotros. Pero debido a que en el presente no aprendes nada, no sabes nada, y trabajas en vano, cuando Yo necesito expandir Mi obra, te quedarás mirando inexpresivamente, con la lengua trabada y totalmente inútil. ¿No hará eso de ti un pecador de todos los tiempos? Cuando llegue ese momento, ¿no sentirás el arrepentimiento más profundo? ¿No te hundirás en el rechazo? No estoy haciendo toda esta obra ahora por aburrimiento, sino para dejar un fundamento para Mi obra futura. No es que Yo esté en un punto muerto y tenga que venir con algo nuevo. Deberías entender que la obra que hago no es un juego de niños sino una representación de Mi Padre. Deberíais saber que no soy sólo Yo quien hace todo esto por Sí mismo. En su lugar, estoy representando a Mi Padre. Entretanto, vuestro papel es estrictamente seguir, obedecer, cambiar, y testificar. Lo que deberíais entender es por qué debéis creer en Mí. Esta es la pregunta más importante que cada uno de vosotros debe entender. Mi Padre, por causa de Su gloria, os predestinó a todos para Mí desde el momento en que creó el mundo. No fue para otra cosa que por el bien de Mi obra, y de Su gloria, que os predestinó. Es por causa de Mi Padre que creéis en Mí; es por causa de la predestinación de Mi Padre que me seguís. Nada de esto es decisión vuestra. Es más importante aún que entendáis que sois aquellos que Mi Padre me ha concedido con el propósito de testificar para Mí. Como Él os entregó a Mí, deberíais permanecer en los caminos que os concedo así como los caminos y las palabras que os enseño, porque es vuestra obligación permanecer en Mis sendas. Este es el propósito original de vuestra fe en Mí. Por tanto os digo que sois simplemente personas que Mi Padre me concedió para que permaneciesen en Mis caminos. Sin embargo, sólo creéis en Mí; no sois de Mí porque no sois de la familia israelita sino de la estirpe de la serpiente antigua. Todo lo que os estoy pidiendo es que deis testimonio de Mí, pero hoy debéis andar en Mis caminos. Todo esto es por causa de testimonios futuros. Si sólo funcionáis como personas que escuchan Mis caminos, entonces no tendréis ningún valor y el sentido de que Mi Padre os entregue a Mí se perderá. Lo que insisto en deciros es esto: “Deberíais andar en Mis caminos”.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Cuál es tu entendimiento de Dios?