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La gran protección de Dios | Lo que pasó después de que me caí de un precipicio

Ye Lin a menudo subía a la montaña para reunirse con los hermanos y hermanas. Ella generalmente bajaba por una carretera de montaña para volver a casa cuando el sol se ponía. Una vez, se encontró con un accidente inesperado, que le permitió obtener un conocimiento verdadero de la omnipotencia y soberanía de Dios. El accidente ocurrió el 20 de marzo de 2012...

Esa noche, después de que terminó la reunión, Ye Lin caminó con su bicicleta hacia su casa como de costumbre. Después de subir una pendiente, se sintió un poco cansada y montó la bicicleta cuesta abajo. La bicicleta comenzó a acelerar, así que intentó frenar, pero los frenos estaban rotos. Esta inesperada situación la asustó tremendamente. De repente, sintió como si ella estuviera cabalgando sobre las nubes y nieblas y su mente se quedó en blanco. Y entonces ella perdió el conocimiento...

Cuando se despertó, estaba confundida: ¿Dónde estoy? ¿Por qué veo el cielo nocturno, no el techo de mi habitación? ¿No estoy durmiendo en mi habitación? Intentó darse la vuelta para sentarse, pero de repente sintió un dolor punzante en la cadera izquierda. Para entonces, había recordado que cuando estaba subiendo la pendiente, perdió el control de su bicicleta debido a una falla en el freno y, por lo tanto, se cayó del precipicio. Agarró los arbustos a su lado, se dio la vuelta y se incorporó, usando toda su fuerza. Descubrió que estaba rodeada de montañas y que yacía en un barranco. Miró a su alrededor y vio que había oscuridad por todas partes excepto por algunas luces tenues en la distancia. Aparte de los sonidos de los insectos, solo se oían ladridos no muy lejos. La montaña estaba terriblemente tranquila. Ye Lin se apresuró a sentir su bolsillo y descubrió que su reproductor de MP4 todavía estaba allí. Luego lo abrió para mirar la hora y descubrió que eran más de las dos de la madrugada. Recordó que solo eran las seis de la tarde cuando ella iba a casa. Entonces se dio cuenta de que había estado inconsciente durante ocho horas.

En ese camino solitario, había generalmente pocos transeúntes o vehículos durante el día, y mucho menos por la noche. Está sola en ese lugar salvaje, Ye Lin recordó que algunas personas en su aldea habían dicho una vez que los muertos estaban enterrados en esta montaña, y que a veces se podían ver fantasmas. También había escuchado que había algunos mafiosos y ladrones en el área que a menudo lastimaban a las personas. Al pensar en esto, una ola de miedo inexpresable se apoderó de ella. Le preocupaba que los mafiosos vinieran a asesinarla, o que los ladrones vinieran a robarle las cosas, o incluso la mataran por un poco de ganancia material. Ella no podía dejar de preguntarse qué hacer. En ese momento, las palabras de Dios de repente llegaron a ella: “Dios es la fuente de la vida del hombre”, “La vida del hombre proviene de Dios, la existencia del cielo se debe a Dios, y la existencia de la tierra procede del poder de la vida de Dios. Ningún objeto que tenga vitalidad puede trascender la soberanía de Dios, y ninguna cosa que tenga vigor puede eludir el ámbito de Su autoridad. De esta manera, independientemente de quiénes sean, todos se deben someter al dominio de Dios, todos deben vivir bajo el mandato de Dios y nadie puede escapar de Sus manos”. Ye Lin se dio cuenta de que ella cree en el verdadero Dios que creó los cielos y la tierra y todas las cosas. Todas las cosas están bajo el control de las manos de Dios. La vida, la muerte y el destino de cualquiera están en las manos de Dios. ¿No está su vida controlada por Dios tampoco? Aunque estaba en el medio de la nada, incluso si se encontraba con mafiosos o ladrones, no podían hacerle nada, y mucho menos quitarle la vida, sin el permiso de Dios. Pensando en esto, Ye Lin se calmó y oró a Dios en silencio: “Dios, me confiaré a Ti. Que estés conmigo, y que me cuides y protejas.” Después de la oración, ella ya no sentía miedo ni miedo, pero se sentía particularmente tranquila. Debido al gran dolor en su cadera, no podía caminar en absoluto, y tuvo que acostarse para descansar. Tomó su reproductor de MP4 y escuchó un himno de las palabras de Dios: “Dios es el único fundamento de la existencia del hombre” que decía: “Cuando las aguas se tragan a los seres humanos enteros, Yo los salvo de esas aguas estancadas y les doy la oportunidad de volver a vivir. Cuando las personas pierden la confianza para vivir, Yo las saco del umbral de la muerte y les doy el coraje para seguir adelante para que puedan usarme como el fundamento de su existencia”. Al escuchar las elegantes melodías y sentir el amor de Dios, Ye Lin se durmió…

A la mañana siguiente, cuando se despertó, levantó la vista y descubrió que el precipicio de que se había caído era al menos tan alto como un edificio de tres o cuatro pisos. Debajo de ella había montones de rocas y arbustos en casi todas partes, y solo la parte en la que había aterrizado tenía malezas secas gruesas y un suelo arenoso relativamente suave. Excepto que su cadera se lesionó y sus pantalones se rasgaron en la rodilla, no hubo otras lesiones en ella. Ella sabía muy bien que esta era la gran protección de Dios para ella.

Debido a su lesión en la cadera izquierda, no pudo caminar. Además, no había transeúntes para que ella pidiera ayuda. Entonces, solo podía quedarse allí hasta que su dolor disminuyera, y tal vez al día siguiente pudiera encontrar una manera de bajar la montaña.

Pronto, la noche volvió a caer. En las montañas, la noche era tranquila y silenciosa. Cuando Ye Lin sintió miedo, encendió su reproductor de MP4 para escuchar los himnos de las palabras de Dios y de la experiencia de la vida, y oró en su corazón para acercarse a Dios. Inmersa en los himnos, olvidó por completo que estaba en las montañas y no sintió miedo. Aunque ella estaba allí sin comer ni beber, no tenía hambre ni sed. Ella tenía muy claro que esta era una de las maravillas de Dios, que ningún hombre o mujer podía alcanzar. Solo Dios tiene tal poder. En ese momento, ella recordó que cuando algunos hermanos y hermanas experimentaron varios desastres como las inundaciones, lograron pasar sin comer ni beber confiando en Dios. Así como la Biblia dice: “No solo de pan vivira el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios(Mateo 4:4). Ella realmente apreció el lado práctico de esta oración de las palabras de Dios, y sintió que las palabras de Dios son lo que se necesita en la vida de todos. Ella agradeció a Dios desde el fondo de su corazón.

En la tercera tarde, Ye Lin se levantó para bajar la montaña. Cuando vio su bicicleta, se quedó pasmada: La bicicleta parecía un montón de hierro viejo, y su parte delantera había sido totalmente rota. Ella pensó: ¡Eso fue una escapada por un pelo! La bicicleta estaba a solo dos metros de donde ella había caído. Si se hubiera caído sobre ella, no habría sido tan afortunada. Además, su bicicleta se había roto de esa manera, pero ella no sufrió lesiones graves. Esto la hizo ver el poder y la soberanía de Dios, y Su maravillosa protección para ella.

Ella comenzó a caminar débilmente por la montaña. Debido a que su cadera estaba lesionada, cada paso le causó un dolor punzante en el corazón. Ella incesantemente oró a Dios en su interior, pidiéndole que la ayudara a llegar a casa sin problemas. Bajo la guía de Dios, ella caminó hacia el camino. Al poco tiempo, vio una moto que se aproximaba. Después de que lo detuvo y le contó al conductor lo que le había sucedido, el conductor se ofreció a llevarla a su casa. En ese momento, Ye Lin estaba extraordinariamente emocionada y agradecida a Dios desde su corazón. Porque sabía que Dios había escuchado su oración y consiguió a un extraño para que la ayudara.

Cuando llegaron a la ciudad, Ye Lin primero fue a una clínica para un examen. El doctor dijo: “No es nada grave. El meridiano está bloqueado. Solo necesitas una inyección y aplicar ungüento”. Al escuchar esto, se sintió muy emocionada y agradeció a Dios profundamente por Su cuidado y protección. Después de tomar un descanso en casa durante una semana más o menos, mejoró mucho. Al ver todo esto, se sintió profundamente conmovida y verdaderamente agradeció a Dios por Su amor.

Una mañana, ella fue a un estanque para lavar la ropa. Escuchó a algunos aldeanos hablar sobre su accidente: “El Dios en el que Ye Lin cree es realmente poderoso. Ella cayó de un precipicio alto, pero estaba bien. ¡Mira qué rápido puede lavar la ropa y volver a trabajar!”. “Sí, ese es un lugar donde la gente extrae en busca de rocas. Hay muchas rocas caídas por ahí. En el pasado, dos personas cayeron por el lado sobre montones de rocas. Uno fue enviado al hospital con lesiones graves y el otro quedó discapacitado”. “¡No me digas! Llovió hace unos días. Pero no llovió los dos días en que ella se cayó. Si hubiera llovido, incluso si ella no hubiera caído a su muerte, se habría muerto congelada...”.

Al escuchar lo que la gente decía, Ye Lin estaba llena de gratitud a Dios. Debido a que había estado lluvioso algunos días antes de su caída, el suelo donde aterrizó era suave, por lo que escapó de una lesión grave. Si ella hubiera caído sobre los pinos, los abetos o las piedras, entonces habría sido discapacitada o muerta. Además, era el segundo mes del calendario chino, cuando el tiempo seguía siendo frío. Sin embargo, aunque se quedó afuera por un día y dos noches, no sintió frío ni hambre ni sed, y su estado mental era muy bueno. Esto realmente era el cuidado y la protección de Dios. Cumple exactamente las palabras de Dios: “Dios nunca está ausente del corazón del hombre y vive entre los hombres todo el tiempo. Ha sido la fuerza que impulsa la vida del hombre, la raíz de la existencia humana, y un rico depósito para su existencia después del nacimiento”.

Ahora, cuando Ye Lin recuerda su caída al precipicio, todavía hay un miedo persistente en su corazón. Sin la salvación de Dios, cuando ella cayó por esa pendiente alta y empinada, aunque no hubiera muerto, seguramente habría sido incapacitada. Ella vio que cuando ella estaba en grave peligro, fue Dios quien extendió Sus manos para salvarla, y la ayudó a salir de las fauces del peligro. A través de esta experiencia, ella tenía un conocimiento práctico de la omnipotencia y la soberanía de Dios, y también vio que la vida de todos está en las manos de Dios.

Ye Lin se sintió profundamente conmovida por el amor de Dios: Las lágrimas brotaron de sus ojos cuando pensó en ello. Ella resolvió seguir a Dios hasta el final.

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(Traducido del original en inglés al español por Jose M. Flecha)

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

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