¡Qué suerte encontrarnos con Dios encarnado!
Cristo de los últimos días aparece y obra.
Él expresa la verdad y trae el juicio.
Para salvar al hombre, obra personalmente.
Él es normal, siente alegría y pena. Es práctico, ríe y se comunica.
El significado de Su encarnación es muy profundo,
nos permite ver al Dios práctico.
Tenemos el honor de ver a Dios Todopoderoso.
Al alabarlo se nos aligera y libera el alma.
Nuestro corazón goza al adorarlo.
Nuestras vidas no son en vano, porque lo conocemos.
En los últimos días, Dios aparece encarnado.
Él mismo perfecciona a quienes lo aman.
Con Sus palabras y declaraciones pastorea a Su pueblo,
concede verdad y vida al hombre.
La revelación y exhortación de Sus palabras
son para purificar y salvar al hombre.
Experimentamos el juicio y castigo de Dios,
y vemos que Él es justo y santo.
Dios sufre por el hombre y entiende su debilidad.
Sus palabras sustentan y esclarecen al hombre.
Él le da fe al hombre y le trae luz,
completa las carencias del hombre y guía su camino.
Dios experimenta el sufrimiento del hombre
y lo apoya cuando es castigado.
Piensa en la vida del hombre todo el tiempo.
Solo Dios es el que más ama a la humanidad.
En silencio, Él sufre el rechazo.
Con tribulaciones, está junto al hombre.
Él supera todos los obstáculos para guiarnos hacia delante.
La imagen de Dios Todopoderoso me inspira.
Desde la antigüedad, se ha visto poco al Dios práctico.
Hemos de apreciar los buenos momentos con Él.
Ahora es nuestra oportunidad de conocer Su hermosura.
¡Que todos lleguemos a conocer a Dios Todopoderoso!
de Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos
