I
Aunque Dios posee autoridad y poder,
Su autoridad es verdadera, no está vacía.
Esta autenticidad y realidad gradualmente se revelan
y plasman en Su creación y control
y en el proceso de gestión del hombre.
El poder y la autoridad de Dios
se revelan constantemente.
Esto muestra que Su autoridad existe,
ya que Él usa Su poder y Su autoridad
para continuar Su obra y a todo ordenar y gobernar.
Ni Sus mensajeros ni Sus ángeles
pueden sustituir Su poder.
Él es el único que ejerce poder y autoridad.
Esto no admite duda alguna de toda la humanidad.
II
Todo método, idea y detalle
del reino de Dios sobre la humanidad,
el universo y todo lo que hay en él,
toda la obra que Él realizó y Su conocimiento
son la prueba indudable y literal
de que Su poder y Su autoridad son reales,
verdaderos y no son palabras vacías.
El poder y la autoridad de Dios
se revelan constantemente.
Esto muestra que Su autoridad existe,
ya que Él usa Su poder y Su autoridad
para continuar Su obra y a todo ordenar y gobernar.
Ni Sus mensajeros ni Sus ángeles
pueden sustituir Su poder.
Él es el único que ejerce poder y autoridad.
Esto no admite duda alguna de toda la humanidad.
III
Mensajeros y ángeles parecen tener gran poder.
Quizás hicieron milagros o cosas encargadas por Dios,
pero a fin de cuentas, sólo realizaron Su comisión.
Sus actos no prueban que poseen autoridad como Dios,
ya que nada se compara a Su poder,
que crea y gobierna todo lo que fue, será y es.
Nada puede ejercer ni mostrar el poder de Dios.
El poder y la autoridad de Dios
se revelan constantemente.
Esto muestra que Su autoridad existe,
ya que Él usa Su poder y Su autoridad
para continuar Su obra y a todo ordenar y gobernar.
Ni Sus mensajeros ni Sus ángeles
pueden sustituir Su poder.
Él es el único que ejerce poder y autoridad.
Esto no admite duda alguna de toda la humanidad.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”