1
Nadie es consciente de la venida de Dios,
nadie da la bienvenida a Su llegada.
Aún más, nadie sabe todo lo que Dios hará.
Aún más, nadie sabe todo lo que Dios hará.
Nuestra vida sigue igual; el mismo corazón, los días se van.
Dios vive entre nosotros como uno más,
como el más sencillo de Sus seguidores, como un humilde creyente.
Dios tiene Sus intereses y Sus propias metas.
Y tiene una divinidad que los hombres no poseen.
Nadie se ha dado cuenta aún de Su divinidad,
de la diferencia entre Su esencia y la de los hombres.
2
Vivimos todos junto a Dios, con libertad, sin miedo,
porque lo vemos como un humilde creyente.
Dios vigila nuestros movimientos,
y todos nuestros pensamientos e ideas desnudos quedan ante Él.
Nadie se interesa por la existencia de Dios,
no hay persona que imagine Su función,
y sobre todo, nadie sospecha quién es Él.
Nos limitamos a seguir con nuestra búsqueda,
como si Dios nada con nosotros tuviese que ver…
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
