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Versículos sobre el pecado - ¿Qué es el pecado según la Biblia y cómo librarse?

Nota del editor:

uando se trata del pecado, muchas personas piensan que la violación de la ley es cometer el pecado, pero en la Biblia, el pecado se refiere al acto contra la ley de Dios, a la desobediencia a Dios.¿Quieres saber qué es el pecado, cuál es su origen.

Navegación rápida
1.¿Qué es el pecado, cuál es su origen?
2.¿Cómo expía el pecado cuando uno lo comete?
3.Aceptar la salvación del Señor Jesús y recibir la ofrenda por el pecado eterna
4.¿Cómo podemos librarnos de la naturaleza pecaminosa y obtener la salvación eterna?

¿Qué es el pecado, cuál es su origen?

1 Juan 3:4

Cualquiera que hace pecado, traspasa también la ley; pues el pecado es transgresión de la ley.

Isaías 14:12-15

Cómo caiste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas las gentes. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo, en lo alto junto á las estrellas de Dios ensalzaré mi solio, y en el monte del testimonio me sentaré, á los lados del aquilón; Sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres en el sepulcro, á los lados de la huesa.

Romanos 5:12

De consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó á todos los hombres, pues que todos pecaron.

Romanos 6:23

Porque la paga del pecado es muerte: mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

La Biblia dice que el pecado es la violación de la ley de Dios, fue producido por Satanás. “Lucero, hijo de la mañana” lo que mencionado en la Biblia justamente se refiere al arcángel, que no ha estado satisfecho con el gobierno de los millones de ángeles, y ha querido tener la misma autoridad que Dios supremo, por lo que él se pervirtió y generó el pecado. Satanás es el nombre después de su caída y llevó el pecado a Adán y Eva, quien vivieron en el Edén, tentó a ellos a comer el fruto del árbol del conocimiento del bien y el mal. “No moriréis; Mas sabe Dios que el día que comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses sabiendo el bien y el mal”. Adán y Eva violaron el mandato de Dios. Desde entonces, el pecado ha entrado en el mundo a través de Adán y se ha transmitido de generación en generación en los seres humanos. Como descendientes de Adán, hemos seguido su camino trillado, y la paga del pecado es muerte.

¿Cómo expía el pecado cuando uno lo comete?

Levítico 5:17

Finalmente, si una persona pecare, ó hiciere alguna de todas aquellas cosas que por mandamiento de Jehová no se han de hacer, aun sin hacerlo á sabiendas, es culpable, y llevará su pecado.

Levítico 5:18

Traerá, pues, al sacerdote por expiación, según tú lo estimes, un carnero sin tacha de los rebaños: y el sacerdote hará expiación por él de su yerro que cometió por ignorancia, y será perdonado.

Levítico 6:25

Habla á Aarón y á sus hijos, diciendo: Esta es la ley de la expiación: en el lugar donde será degollado el holocausto, será degollada la expiación por el pecado delante de Jehová: es cosa santísima.

Levítico 7:7

Como la expiación por el pecado, así es la expiación de la culpa: una misma ley tendrán: será del sacerdote que habrá hecho la reconciliación con ella.

En el l Antiguo Testamento, Dios promulgó leyes tales como los mandamientos, las enseñanzas, las prohibiciones y los decretos (un total de 613 leyes tras el cotejo de generaciones posteriores) para enseñar a la gente e indicarle explícitamente el modo de adorar a Dios y vivir en esta tierra. Estos mandamientos y leyes fueron los primeros requisitos precisos para orientar a la humanidad en cuanto a cómo vivir, para regular la conducta humana y delimitar los criterios morales. También fueron los primeros fundamentos y pautas para determinar la pecaminosidad de los actos.

Dios dice: “Jehová estableció Sus mandamientos y leyes para que mientras Él guiara sus vidas, el pueblo escuchara y obedeciera Su palabra y no se rebelara contra Él. Usó esas leyes para controlar a la recién nacida raza humana, para poner fundamento de Su obra por venir. Y así, por causa de la obra que Jehová hizo, la primera era se llamó la Era de la Ley”. En la Era de la Ley, cuando cometíamos pecados, deberíamos ofrecer sacrificios de acuerdo con los mandamientos y las leyes promulgados por Jehová Dios, para que nuestros pecados pudieran ser perdonados por Dios.

Recomendación:

Aceptar la salvación del Señor Jesús y recibir la ofrenda por el pecado eterna

Juan 3:17-18

Porque no envió Dios á su Hijo al mundo, para que condene al mundo, mas para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; mas el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

Juan 5:24

De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá á condenación, mas pasó de muerte á vida.

1 Pedro 2:24

El cual mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros siendo muertos á los pecados, vivamos á la justicia: por la herida del cual habéis sido sanados.

La venida del Señor Jesucristo terminó con la vida de esclavitud del pecado de los israelitas. Ya no tenían que afrontar el peligro de ser condenados o ejecutados por no respetar la ley. [...] Sus pecados fueron perdonados gracias a la ofrenda del Señor Jesús por el pecado. Sus condiciones de vida experimentaron un cambio total. A partir de entonces, los israelitas ya no vivieron bajo la ley. Por el contrario, vivieron bajo la protección de la ofrenda por el pecado que les había traído el Señor Jesús. [...] Los pecados podían ser perdonados siempre y cuando las personas aceptaran al Señor Jesús como Salvador, y podían disfrutar de la gracia y las bendiciones otorgadas en abundancia por Dios. Esta gracia no sólo acortó distancias entre Dios y el hombre, sino que también rescató a la humanidad de su esclavitud del pecado. De este modo, la gente ya no se apartaba de Dios por sus pecados, sino que era absuelta como consecuencia de la ofrenda de Dios por el pecado y, merced a la abundante gracia de Dios, podía presentarse ante Él en cualquier momento y lugar.

Recomendación:

¿Cómo podemos librarnos de la naturaleza pecaminosa y obtener la salvación eterna?

Juan 8:34-35

Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, es siervo de pecado. Y el siervo no queda en casa para siempre: el hijo queda para siempre.

Mateo 7:21

No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

1 Pedro 4:17

Porque es tiempo de que el juicio comience de la casa de Dios.

Juan 12:48

El que me desecha, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue: la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.

Juan 16:12-13

Aun tengo muchas cosas que deciros, mas ahora no las podéis llevar. Pero cuando viniere aquel Espíritu de verdad, él os guiará á toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir.

La mayoría de los hermanos y hermanas en el Señor creen que hemos sido perdonados por la fe. Ya que el Señor nos ha hecho santos y ya no pertenecemos al pecado, y seremos arrebatados al cielo cuando venga Él. ¿Se ajusta a la verdad y la palabra de Dios tal opinión? El Señor Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, es siervo de pecado. Y el siervo no queda en casa para siempre: el hijo queda para siempre(Juan 8:34-35). La Biblia dice: “sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14). El Señor es santo, aunque nuestros pecados han sido perdonados, a menudo pecamos siendo atados por el pecado, desde luego no somos capaces de alcanzar la santidad. ¿El Señor permitirá a uno que suele pecar a entrar al reino de los cielos? La palabra de Dios dice: “Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad. De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios [...]”.

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