Los fariseos difundieron rumores diciendo que Jesucristo usó a Belcebú, el rey de los demonios, para disipar los demonios. Jesucristo reprendió a los fariseos, diciendo: “porque por el fruto se conoce el árbol”. Aquí Jesucristo nos enseña cómo discernir a la gente con la parábola del árbol y su fruto.

El fruto dicho por Jesucristo se refiere a la vivencia de una persona. Por el hecho de vivir uno mismo, podemos saber qué tipo de persona es. Por ejemplo, el Nuevo Testamento registró que los escribas y fariseos no sólo condenaron y resistieron a Jesús sino que esparcieron rumores para atraer al pueblo judío a hacer el mal con ellos. A través de las acciones de los fariseos, podemos ver que no les gusta la verdad sino valorar el estatus. ¡Si no tenemos discernimiento, seremos engañados y tendremos parte de sus pecados!

No pude evitar recordar una frase del Libro de Proverbios: “El que anda con sabios será sabio, mas el compañero de los necios sufrirá daño” (Proverbios 13:20). Debemos aprender a discernir a la gente por sus frutos de acuerdo a las palabras de Jesucristo.

Versículo Bíblico ilustrado sobre evangelio de hoy