Cuando el Señor Jesús fue tentado en el desierto, derrotó a Satanás en solo tres frases, lo que demostró la autoridad y el poder de la palabra de Dios. Cuando Satanás tentó al Señor por tercera vez, mostró la gloria de todos los reinos del mundo al Señor Jesús y le pidió que lo adorara. De esta situación podemos ver que Satanás es despreciable y desvergonzado, porque todo fue creado por Dios y le pertenece a Dios. Sin embargo, para tentar al Señor, Satanás realmente dijo palabras tan absurdas. Está claro que Satanás carece de autoconocimiento y mucho menos tiene reverencia por Dios. Un libro dice: “Vemos la maldad y la desvergüenza de Satanás en su discurso. Por tanto, si los hombres adoraran a Satanás, ¿cuál sería el resultado? ¿Obtendrían la riqueza y la gloria de todos los reinos? (No). ¿Qué obtendrían? ¿Se volvería la humanidad tan desvergonzada e irrisoria como Satanás? (Sí). Los hombres no serían diferentes de Satanás entonces. Por tanto, el Señor Jesús pronunció estas palabras que son importantes para todos y cada uno de los seres humanos: ‘Al Señor tu Dios adorarás, y solo a Él servirás’. Esto significa que salvo por el Señor, salvo por Dios mismo, si serviste a otro, si adoraste a Satanás el diablo, te complacerías en la misma inmundicia que él. Entonces compartirías la desvergüenza y la maldad de Satanás y, como él, tentarías a Dios y lo atacarías. ¿Cuál sería entonces tu final? Dios te aborrecería, te derribaría y te destruiría. Después de haber intentado tentar al Señor Jesús varias veces sin éxito, ¿lo intentó de nuevo Satanás? No lo volvió a intentar y se acabó marchando. ¿Qué demuestra esto? Demuestra que la naturaleza malvada de Satanás, su malicia, su absurdidad y su ridiculez no merecen mencionarse delante del rostro de Dios. El Señor Jesús derrotó a Satanás con tan solo tres frases, tras lo cual este huyó con el rabo entre las piernas, demasiado avergonzado para mostrar de nuevo su rostro; y nunca más tentó al Señor Jesús. […]”. Podemos ver que la palabra de Dios es de suma importancia para los cristianos. En nuestra vida cotidiana, siempre nos encontramos con las tentaciones de Satanás, como el dinero, la fama y el estado, que nos apartan de Dios y luchan con nuestras propias manos. Pero rara vez nos damos cuenta de que el destino de toda la humanidad está controlado por la mano de Dios, Dios conoce nuestras necesidades y ha preparado todo para nosotros. Por lo tanto, como cristiano, lo que debemos hacer es honrar a Dios como grande, actuar de acuerdo con la palabra de Dios y obedecer las orquestaciones y arreglos de Dios. De esta manera, podremos confiar en Dios y ver a través del engaño de Satanás.

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