Este versículo ha señalado algunas formas en que podemos apoyar y ayudar a los hermanos y hermanas. Dios está llevando a cabo Su trabajo con extrema paciencia y amor. Dios no solo requiere que nos dejemos de lado cuando servimos y ayudamos a hermanos y hermanas, sino que también tenemos paciencia y amor por ellos. Entonces, en cualquier momento, debemos estar en pie de igualdad con nuestros hermanos y hermanas, hablando y actuando de corazón a corazón con ellos, entonces los hermanos y hermanas hablarán las palabras dentro de sus corazones para nosotros. Cuando entendemos sus dificultades prácticas, podemos tener comunión acerca de la voluntad de Dios según sus dificultades, de modo que podamos ayudar a los hermanos y hermanas. Por ejemplo, cuando los hermanos y las hermanas encuentran dificultades en su trabajo, podemos comunicarles cómo confiar y mirar a Dios, y ayudarlos con nuestras experiencias prácticas. Cuando sufren enfermedades, debemos alentarlos y tener comunión acerca de la voluntad de Dios, para que no malinterpreten ni se quejen de Dios. Después de nuestra confraternidad, los hermanos y hermanas tienen una manera de practicar y tener un poco de comprensión de la voluntad de Dios. Solo si los ayudamos y apoyamos de esta manera podemos lograr buenos resultados.