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Versículo de Hoy - Explicación de Proverbios 4:23

Versículo de Hoy

Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la vida.

En tu ajetreada vida ¿está tu corazón enredado con muchas cosas todos los días, y apenas puedes tranquilizarte ante Dios comunicarte con Él? ¿Has caído en la oscuridad y tu corazón está vacío? Si tienes una situación así, te has alejado de Dios. Entonces, ¿sabes cómo guardar tu corazón y restaurar tu relación normal con Dios? El siguiente contenido te ayudará, ¡por favor lee!

Al vivir en este mundo ajetreado e implacable, en cada momento de cada día, suceden muchas cosas que son grandes y pequeñas en nuestras vidas, y estas cosas ocupan nuestros corazones. Si no podemos tranquilizarnos ante Dios, nos alejaremos más y más de Él, e incluso perderemos la presencia Su en nuestra vida, esto causa que muchas veces hacemos las cosas sin la dirección y metas correctas, caemos en la oscuridad y nuestros corazones están vacíos. Esto es algo muy peligroso. En la Biblia se dice: “Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la vida(Proverbios 4:23). Este versículo nos enseña a guardar nuestros corazones, para poder tranquilizarnos siempre ante Dios, entregar nuestros corazones a Él, acercarnos a Él y dejar que Él nos guíe en las cosas que encontramos todos los días, así podemos mantener una relación normal con Dios, y somos personas correctas y aprobadas ante Dios. Entonces, ¿cómo podemos guardar y aquietar nuestros corazones ante Dios incluso cuando estamos ocupados? Dios dice: “Primero, empieza con el aspecto de la oración. Ora con toda tu atención y en un horario fijo. Independientemente de lo presionado que estés por el tiempo, de cuánto trabajo tengas o de lo que te ocurra, ora cada día de forma habitual y come y bebe las palabras de Dios como de costumbre. Mientras comas y bebas las palabras de Dios, no importa cuál sea tu entorno, sentirás gran placer en tu espíritu y no te molestarán las personas, los acontecimientos o las cosas que te rodean. Cuando contemplas de forma habitual a Dios en tu corazón, lo que ocurre fuera no te puede molestar. Esto es lo que significa poseer estatura. Empieza con la oración: orar en silencio delante de Dios es lo más productivo. Después de ello, come y bebe las palabras de Dios, busca la luz en ellas mediante la reflexión, encuentra la senda de práctica, conoce el propósito que Dios tiene al pronunciar Sus palabras y compréndelas sin desviación. Generalmente, debería ser normal que fueras capaz de acercarte a Dios en tu corazón, que contemplaras Su amor y que reflexionaras sobre Sus palabras, sin ser perturbado por las cosas externas. Cuando tu corazón haya alcanzado cierto grado de paz serás capaz de meditar en silencio, contemplar dentro de ti mismo el amor de Dios y acercarte de verdad a Él, independientemente del entorno en el que estés, hasta que hayas alcanzado, finalmente, el punto en el que la alabanza brote de tu corazón y sea incluso mejor que la oración. Entonces poseerás cierta estatura(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Acerca de acallar el corazón delante de Dios).

Las palabras de Dios nos dicen que si queremos guardar nuestros corazones y aquietarlos ante Dios, primero debemos comenzar con la oración. A veces, cuando estamos ocupados en el trabajo, es fácil descuidar la oración, incluso si oramos, solo le decimos unas palabras superficiales a Dios, de modo que no dé resultados. Por lo tanto, no importa cuán ocupados estemos, debemos presentarnos ante Dios todos los días, orar a Dios con un corazón sincero y decidido, decirle a Dios la verdad, entregar nuestra situación actual, dificultades y perplejidades a Dios, buscar Su voluntad y la manera de la práctica en Sus palabras en vez de seguir las reglas y pasar por el proceso, sino con el fin de tener una verdadera comunión con Él, guardar el corazón y aquietar el corazón ante Él. Si a menudo nos acercamos a Dios de la siguiente manera, ya sea en reuniones, devocionales, caminando por la calle, sentados en un automóvil o en el trabajo, podemos orar a Dios en silencio y pensar en el amor de Dios en nuestros corazones. No importa cuántas y grandes cosas encontremos, no podrán perturbar nuestros corazones. Podemos calmarnos y buscar la voluntad de Dios, recibir Su guía e iluminación, y saber cómo practicar para satisfacerlo. De esta manera, nuestros corazones pueden ser preservados, y nuestra relación con Dios puede mejorarse gradualmente y alcanzar la normalidad.

Si aún tienes preguntas o confusiones en tu fe y vida y no sabes cómo resolverlas, contáctanos a través de la ventana de chat en línea en la parte inferior del sitio web, para que estudiemos juntos las palabras de Dios y encontremos una solución en ellas.

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